ZOOLOGÍA POLÍTICA


SLOTERDIJK; ENSAYO DE UNA TEORÍA FILOSÓFICA DE LA GLOBALIZACIÓN | EN EL MUNDO INTERIOR DEL CAPITAL | Por Adolfo Vásquez Rocca

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Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Sloterdijk, P. En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización.


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Sloterdijk sostiene que si la posmodernidad es la estación de llegada, la globalización representa el camino recorrido. En su obra explora el modo en que los europeos, desde su origen eminentemente griego, han ido configurando una idea de organización del mundo que, finalmente, ha cristalizado en el modo de organización universal.

Este proceso puede dividirse en tres grandes etapas: un primer periodo, la metafísica de las esferas, que finaliza durante el Renacimiento, momento en que se inicia la gran expansión unilateral europea a través de la colonización, segundo gran periodo. Y un tercero, cuyo punto de partida es la revolución de los claveles en 1974, momento en que las últimas colonias europeas son liberadas, que se caracteriza por arrastrar hacia dentro del invernadero del capital todo lo conquistado anteriormente.

La historia de la globalización es la historia de una doble conquista, la conquista de la tierra por vía marítima y la conquista de la subjetividad. Según Sloterdijk, ha llegado el momento en que ambas expansiones se han encontrado y se han fusionado en un gran espacio denominado mercado. Después de la toma del medio metafísico y del medio terrestre la tercera globalización se nos aparece como la colonización del territorio interior. El mundo ha perdido la noche porque la luna y el sol ya no son los vectores del tiempo. En el mundo interior del capital siempre es de día. La energía fósil ha sido intercambiada por la energía intelectual y la síntesis de minerales por la transferencia de conocimiento.

Esta idea es expresada en el libro a través de la imagen del Palacio de cristal, acuñada por Dostoievski en Memorias del subsuelo refiriéndose al famoso recinto de la Exposición Universal de Londres de 1851. Metáfora voyeurista de la absorción de realidad desde unas condiciones inmunológicas perfectamente estudiadas, este recinto ha encontrado recientemente si homólogo en la sociedad china. Es el caso del Water Cube de Pekín, un cubo de 6.700 toneladas de acero forrado de burbujas elásticas por las que penetra la luz solar.

El camino hacia las sociedades de paredes finas parece inevitable. Cae así la primacía de la unilateralidad y con ella la de la globalización terrestre. Los lugares se entrelazan a la vez que confunden su propia identidad mientras las identidades se desplazan perdiendo su lugar natural. Nace, lo que Sloterdijk denomina, la posthistorie, conjunto de relatos que matizan la absorción interna que nos permite la climatización artificial.

Vivir en este contexto, en el que la inmanencia del poder adquisitivo atrae a la vida en todas sus manifestaciones, no significa haber eliminado las pulsiones naturales del hombre, sino todo lo contrario. Reasumimos la violencia bajo el paraguas del comfort con lo que deseamos que el nuevo ataque sea mayor que el anterior, tal y como demostró Stockhausen caracterizando como “la mayor obra de arte jamás vista” los ataques del 11 de septiembre.

Lo que antes era historia de expediciones, aventuras e intrusiones, ahora es descubrimiento de las facultades ajenas y reacoplamiento de los flujos generados en las dos globalizaciones anteriores. Hemos pasado de un reino de la necesidad a un reino de la libertad donde la tele-comunicación ya no es una herramienta sino un constitutivo ontológico de las relaciones sociales, un medio de descarga generalizada sobre la base del bienestar en un parlamento ficticio que sustituye el monoteísmo por el pluriteísmo.

El ciudadano poshistórico se encuentra así en una permanente des-limitación de sus facultades, en un constante viaje interior hacia la conciencia de poder obtener siempre más beneficio. Hemos dejado de lado la exclusión, la selección, el proteccionismo, lo irreversible, por la expansión, ahora interna, por la admisión, por la condolencia. El futuro sin embargo será para los que, de nuevo, sean capaces de reajustar estos conceptos al día a día, recuperando así la libertad perdida a golpes de libertad.

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SLOTERDIJK;  GLOBALIZACIÓN Y CAPITAL Por Adolfo Vásquez Rocca

Este último libro de Sloterdijk no es un manifiesto pro-globalización, ni una crítica a la unilateralidad europea. En el mundo interior del capital representa el pensamiento más original que puede leerse sobre la historia que hemos ido construyendo los últimos veinte siglos y que ahora toca a su fin. ¿Habrá llegado el momento de una filo-poética de la historia?

Antropología, sociedad y Globalización en el pensamiento de Peter Sloterdijk


II

Gran parte del trabajo de Sloterdijk se dedica a la tentativa de reconstruir el motivo de la ‘Esfera’ en la tradición filosófica occidental como una figura que, en el enorme período de tiempo que va desde Platón a Leibniz, y más allá incluso, es la clave para entender las diversas «imágenes del pensamiento», propias de las condiciones en las que la especie humana ha vivido su ‘tiempo’. Logrando sobrevivir, a pesar de su falta de adaptación biológica al medio ambiente -al frío del exterior- para lo cual se han requerido políticas de climatización a partir de las cuales el hombre define su posición «en el mundo”. El hombre aparece así a medio camino entre la vida en el medio ambiente, entendida esta en términos de una presencia ontológica en torno a su ser y su constitución, esto es, el conjunto de condiciones que permiten la supervivencia a partir de su dotación personal. El hombre entra así en múltiples relaciones construidas con objetos que están más allá de los cobijos en los que se mantiene protegido, sin enfrentar la intemperie, el aliento frío del afuera, con sus riesgos climatológicos, de allí que -para Sloterdijk- las políticas de climatización, como estrategias de supervivencia emocional y física, sean una cuestión de primer orden que no escapa a las problematizaciones referidas a la arquitectura y las telecomunicaciones, de esta manera el término aclimatarse dice relación al habitar nuevos espacios y nuevos mundos, con los procesos de desarraigo e identidad, cercanía y lejanía, implícitos. Estas perspectivas frente a la que Sloterdijk nos instala desbordan los problemas filosóficos -en el sentido tradicional académico- para reclamar la atención de ambientalistas, políticos, biólogos, corredores de la bolsa, compañías de seguros, agencias de viajes, y, como no, a los grandes consorcios de comunicación global, cuyas emisiones y transmisiones circundan el planeta, generando un nuevo clima envolvente y un espacio denso, que no es otra cosa que el advenimiento de la globalización electrónica e informática.

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Peter Sloterdijk by Adolfo Vásquez Rocca Philosophy Sloterdijk Spheres

Introduzione a Peter Sloterdijk, Il mondo dentro il capitale.


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Peter Sloterdijk by Adolfo Vásquez Rocca Philosophy

Grossa parte de la opera di Sloterdijk es dedicata al tentativo di ricostruire il motivo della «sfera» nella tradizione filosofica occidentale come figura che, nell’enorme lasso di tempo che va da Platone a Leibniz e oltre, ha costituito la chiave per assicurare all’uomo quel «vantaggio climatico» che gli ha consentito di acquisire capacità plastiche, e di stabilire una distanza dalla natura. Non si tratta, tuttavia, di ricostruire le alterne vicende delle metafore che coinvolgono i corpi sferici ma di svelare la sfera come un’«immagine di pensiero» che delinea le particolari condizioni nelle quali la specie umana vive le condizioni «climatiche» autoprodotte che gli consentono di sopravvivere, a dispetto del suo mancato adattamento biologico all’ambiente, e di affinare l’intelligenza che lo contraddistingue. Le «sfere» costituiscono in quest’ottica una dimensione mediana rispetto ad altri due elementi che definiscono la posizione dell’uomo nel mondo: esse stanno a metà tra la vita nell’ambiente, intesa dal punto di vista ontologico come la presenza intorno ad un essere di fattori per lui significativi e da un insieme di condizioni che ne consentono la sopravvivenza dal punto di vista organico, e l’essere-nel-mondo come spazio di apertura all’illimitato.

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Peter Sloterdijk by Adolfo Vásquez Rocca


Per dare un senso al termine globalizzazione, secondo l’autore, è invece indispensabile osservarlo come oggetto teorico e inserirlo nel contesto della storia degli strumenti attraverso i quali gli uomini hanno percepito la totalità del mondo nel quale vivono, il loro rapporto con lo spazio e la condizione di esistenza di questa dimensione. L’intento di Sloterdijk è perciò qualificabile ricorrendo a due importanti autori del ‘900: da un lato esso rappresenta il tentativo di sviluppare alcuni spunti presenti nell’opera di Heidegger, non nella direzione già ampiamente discussa del rapporto tra essere e tempo, ma piuttosto in quella molto meno usuale della relazione tra essere e spazio;1 dall’altro – ma in questo caso il riferimento non è esplicito – quello di portare a compimento il progetto che Deleuze e Guattari avevano tentato a partire da Mille piani e Che cos’è la filosofia?, ovvero di scrivere una filosofia che operi consapevolmente una definizione fondamentale delle possibilità dello spazio.214

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Peter Sloterdijk by Adolfo Vásquez Rocca Philosophy

A questo fine grossa parte dell’opera dell’autore è dedicata al tentativo di ricostruire il motivo della «sfera» nella tradizione filosofica occidentale come figura che, nell’enorme lasso di tempo che va da Platone a Leibniz e oltre, ha costituito la chiave per assicurare all’uomo quel «vantaggio climatico» che gli ha consentito di acquisire capacità plastiche, e di stabilire una distanza dalla natura. Non si tratta, tuttavia, di ricostruire le alterne vicende delle metafore che coinvolgono i corpi sferici ma di svelare la sfera come un’«immagine di pensiero» che delinea le particolari condizioni nelle quali la specie umana vive le condizioni «climatiche»3 autoprodotte che gli consentono di sopravvivere, a dispetto del suo mancato adattamento biologico all’ambiente, e di affinare l’intelligenza che lo contraddistingue.4 Le «sfere» costituiscono in quest’ottica una dimensione mediana rispetto ad altri due elementi che definiscono la posizione dell’uomo nel mondo: esse stanno a metà tra la vita nell’ambiente, intesa dal punto di vista ontologico come la presenza intorno ad un essere di fattori per lui significativi e da un insieme di condizioni che ne consentono la sopravvivenza dal punto di vista organico, e l’essere-nel-mondo come spazio di apertura all’illimitato. Esse comprendono, quindi, sia la dimensione delle relazioni fisiche con la natura, sia le relazioni intenzionali costruite con oggetti che sfuggono a quella che Kant avrebbe chiamato la dimensione dell’«esperienza». Secondo Sloterdijk la costruzione di queste sfere serve all’uomo tanto per emanciparsi dai contesti nei quali si trova, quanto per «acclimatare» i suoi valori entro una più ampia visione di che cos’è il mondo.5


1P. Sloterdijk, «Il Dasein ha una tendenza essenziale alla vicinanza». Note in margine alla dottrina heideggeriana del luogo esistenziale, in Non siamo ancora stati salvati, cit., pp. 319-325, in particolare p. 319: «Solo pochi interpreti di Heidegger sembrano aver capito che sotto il sensazionale titolo programmatico di Essere e tempo, si nasconde anche una trattazione potenzialmente rivoluzionaria di essere e spazio. Mentre ci si è concentrati soprattutto sull’analitica esistenziale del tempo in Heidegger, si è per lo più ignorato che questa si radica in una corrispondente analitica dello spazio, e si è ignorato altrettanto che entrambe si fondano su un’analitica esistenziale del movimento. Ne consegue che mentre sulla dottrina della temporalizzazione e della storicità – l’ontocronologia – si può leggere un’intera biblioteca, sulla sua dottrina della motilità, o ontocinetica, esistono solo alcune trattazioni, e sui suoi approcci a una teoria della spazializzazione originaria dello spazio, o ontotopologia, non esiste nulla tranne irriferibili parafrasi pietistiche».

2Scrivono Deleuze e Guattarì in Che cos’è la filosofia?, p. 81: «La terra non è un elemento tra gli altri: riunisce tutti gli elementi in un’unica presa, ma si serve dell’uno e dell’altro per deterritorializzare il territorio», p. 80; «Pensare consiste nel tendere un piano d’immanenza capace di assorbire (o piuttosto di “adsorbire”) la terra».

3P. Sloterdijk, La domesticazione dell’essere, cit. p. 137: «Nel nostro caso l’effetto-serra portò a delle conseguenze ontologiche: si può mostrare plausibilmente come da un essere-nell’-ambiente-serra si sia potuti passare a un essere-nel-mondo umano». Certamente quello «climatico» è uno dei principale campi semantici ai quali questo autore attinge per ridescrivere il rapporto degli uomini con lo spazio, accanto a questo in un’opera più recente come Ira e Tempo [Roma, Meltemi 2007, in particolare p. 28 sgg.] è apparso quello della scienza delle finanze.

4Alla base della visione che questo autore ha dell’homo sapiens vi è l’idea che nel corso dell’evoluzione sia stata la natura neotenica della nostra specie a moltiplicare le nostre capacità autoplastiche ed adattive. Tra i testi classici sulla «neotenia» v. L. Bolk, Das Problem der Menschwerdung, Jena, Fisher 1926; tra le ricerche più recenti si ricorda C. Schmölders, Das exzentrische Blick. Gespräch über Physiognomik, Berlin, Akademie 1996.

5Un aspetto rilevante della teoria di Sloterdijk, che qui verrà preso in analisi solo marginalmente, è quello della natura sintomatica dei modelli architettonici rispetto alla percezione dello spazio. Il mondo dentro il capitale, cit., p. 35: «La filosofia può e vuole essere esercitata a regola d’arte come se fosse una quasi-scienza delle totalizzazioni e delle loro metafore, come una teoria narrante della genesi dell’universale e infine come meditazione sull’essere-in-situazioni – ovvero sull’essere-nel-mondo; a questo do il nome di “teoria dell’immersione” o teoria generale dell’essere-insieme e fondo, a partire da ciò, l’apparentamento della filosofia più recente con l’arte dell’installazione», v. anche Sphären III, cit., p. 501-534, 9801-802.

Introduction to Peter Sloterdijk, The world inside the capital.

Sloterdijk, globalizzazione, capitale, Sfera, Spazio, Antropologia, Storia.

Sloterdijk, Globalization Capital, Sphere, Space, Anthropology, History.

Peter Sloterdijk by Adolfo Vásquez Rocca Philosophy

El mundo globalizado

Peter Sloterdijk – Spiegel Spezial

(Traducción de S. Derreza). Peter Sloterdijk.

Este artículo apareció en Spiegel Spezial (junio de 1999).

El mundo globalizado anuncia el fin del sedentarismo y con ello el del concepto de patria. ¿Qué ha producido este cambio en el hombre actual y en su idea de lo que significa pertenecer a un lugar?

La palabra Heimat (patria) forma parte de un núcleo lingüístico cargado atmosféricamente que constituye algo intraducible, propio de la territorialidad de la lengua alemana. Aun así, aquello que denomina no debería verse como una vía específicamente alemana hacia el ser-en-el-mundo. Todas las lenguas de las culturas altamente desarrolladas son capaces de expresar el concepto de «patria» con sus propios medios, aun cuando el color sonoro de esas expresiones varíe de país en país y de lengua en lengua.

La razón de esa capacidad común podemos encontrarla en experiencias análogas del desarrollo cultural. Así, con conceptos como «tierra», «pueblo» y «madre patria», los pueblos que tras la revolución neolítica comenzaron a cultivar la tierra caracterizaban el lado positivo de su sedentarismo. En las diferentes expresiones que daban al espacio con el que se habían familiarizado, los pueblos sedentarios articulaban su simbiosis con un suelo que, a la vez que los alimentaba, era el depositario de sus muertos. En las palabras que expresan las ventajas de tener un espacio de residencia propio, esos pueblos manifiestan su patriotismo agrario. Es también por eso que la palabra alemana Heimat (patria) forma parte de una reserva de signos cuya época de validez principal evidentemente ha terminado: esto es, el vocabulario guía de la sociedad agraria, con su política y su metafísica.

Quien dice patria reclama su derecho de poder florecer, como una planta de segundo orden, por debajo de la vegetación del suelo que habita. El sujeto que se define por su referencia a una patria es como un animal que hubiera hecho suyo el privilegio de las plantas de echar raíces.

Claro está que ese animal con raíces representa una imaginaria forma híbrida que, bajo condiciones históricas distintas, deberá pagar el precio de su imposibilidad biológica. El inicio de ese cambio histórico decisivo lo marcan las grandes doctrinas de la Edad Media asiática y europea, en las cuales el acento de la existencia humana pasó del arraigo nacional al desarraigo y de los usos y costumbres autóctonos a la ética mundial. Desde entonces, las raíces y el lugar de residencia se encuentran bajo reserva espiritual ya que una ética más elevada habrá de volverse contra todo tipo de etnocentrismo, racismo y racinismo (del francés racine: raíz). En ese sentido armonizan el budismo, que enseña el ascetismo del abandono del hogar; el estoicismo, que desea promover un exilio global del alma, y el cristianismo, que propone una ética de la peregrinación.
Resulta fácil comprender que esas elevadas enseñanzas permanezcan por debajo de su nivel cuando son presentadas a los arraigados. Sin embargo, el destino del sujeto definido por su relación con una patria sólo habría de cumplirse hasta en el mundo moderno que, mediante la revolución antiagraria, condujo a la ciudadanización y la movilización de las formas de vida. El fin de la civilización sedentaria inaugura una época de crisis permanente del concepto de patria.

Me gustaría llevar esas observaciones de carácter histórico a la pregunta sobre cómo ha afectado esta transformación la conciencia del hombre actual de los países movilizados, modernos, respecto a sus condiciones de residencia. Es un hecho que el mundo moderno ha creado una nueva política del espacio y una dinámica particular en cuanto a las formas de residencia. En nuestra época, todas las preguntas sobre la identidad social y personal se plantean desde el punto de vista de cómo, en macro-mundos llenos de movimiento y riesgos, puede ser posible establecer formas viables de residencia, o del estar-consigo-y-con-los-suyos. Filosóficamente visto, residir significa formar parte de un sistema inmunológico espacial o, en palabras de Hermann Schmitz, es la cultura de los sentimientos en un espacio de desasosiego.

El nerviosismo globalizador actual refleja el hecho de que, además de los Estados nacionales, también las que hasta ahora eran las mejores condiciones políticas posibles de residencia -por decirlo así, la sala y el salón de conferencias de los pueblos democráticos (o quimeras populares)- se han vuelto intercambiables, y en esa sala nacional, aquí y allá, comienza a entrar una corriente muy desagradable. La proeza cultural del Estado nacional moderno fue, como puede apreciarse retrospectivamente, el haberle dado una especie de calor de hogar a la mayoría de sus habitantes; esa suerte de estructura inmunológica, a la vez real e imaginaria que, en el sentido más favorable del término, pudo ser vivida como punto de convergencia entre espacio y sí-mismo, como identidad regional. Esa proeza se realizó de forma más impresionante ahí donde el Estado de poder logró ser controlado de mejor manera y se transformó en un Estado benefactor. Pero justamente ese efecto de calor de hogar político-cultural es lo que se ve afectado por la globalización -con la consecuencia de que incontables habitantes de los Estados nacionales modernos no se sienten estar consigo mismos ni en su casa, y estando consigo mismos tampoco se sienten en su casa.

La construcción inmunológica de la identidad político-étnica ha empezado a tambalearse ostensiblemente. Sobre todo, puede apreciarse de forma cada vez más clara que el vinculo entre espacio y sí-mismo no es tan estable cuando las condiciones cambian, como promulgó el folklore político del territorialismo, desde las culturas agrícolas arcaicas y antiguas hasta el Estado nacional moderno. Cuando la interdependencia entre espacios y sí-mismos se afloja o desaparece, pueden presentarse dos posiciones extremas en las que la estructura del campo social puede registrarse con una exactitud casi experimental, a saber: la de un sí-mismo sin espacio y la de un espacio sin sí-mismo.

Por supuesto, todas las sociedades realmente existentes debieron buscar hasta ahora su modus vivendi entre esos dos polos -de forma ideal, lo más lejos posible de ambos extremos- y es fácil comprender que, también en el futuro, toda comunidad política real tendrá que dar una respuesta al doble imperativo de la determinación por el espacio y la determinación por el sí-mismo.


Lo que más se acerca al primer extremo, el de la desvinculación del sí-mismo del espacio, es seguramente la Diáspora judía de los últimos 2000 años. No sin razón se ha dicho que el pueblo judío es un pueblo sin «fundamento». Heinrich Heine llevó ese estado de cosas al terreno humorístico cuando dijo que el hogar de los judíos no estaba en ningún país sino en un libro -en aquella Torá que llevaban consigo como una «patria portátil»-. Esa elegante y aguda observación pone al descubierto un hecho de validez general pocas veces notado, a saber, que los grupos «de vida nómada» o «desterritorializados» no construyen su inmunidad simbólica y su coherencia étnica, o lo hacen sólo de modo secundario, en relación a un suelo sustentador, sino que su intercomunicación funge directamente como un «recipiente autógeno»
1 en el que los participantes se contienen a sí mismos y se mantienen «en forma» mientras el grupo se desplaza a través de paisajes externos.


En recipientes autógenos, al igual que en comunidades fuertes, se experimenta de forma directa la prioridad que la autorreferencia tiene sobre la territorialidad. Un pueblo sin tierra no puede ser víctima del sofisma que ha engañado a todos los pueblos sedentarios a lo largo de la historia, esto es: que la tierra es el recipiente del pueblo y el propio suelo el principio del que deriva el sentido de su vida y su identidad.


Esa «territorial fallacy» (la falsa conexión entre el territorio y su propietario) es hasta hoy uno de los legados más efectivos y problemáticos de la era sedentaria, ya que en ella se afirma el reflejo básico de todo uso aparentemente legítimo de la violencia, la así llamada «defensa de la patria». Esta falacia reposa sobre la obsesiva equiparación entre espacio y sí-mismo, la falacia originaria de la razón territorializada. Ese error fatal se ha puesto cada vez más al descubierto desde que una onda de movilidad transnacional, sin precedente en la historia, ha relativizado la ligazón entre pueblos y territorios. La tendencia hacia el sí-mismo multilocal es característica de la Modernidad avanzada -del mismo modo que la tendencia hacia el espacio poliétnico o «desnacional»-. Cuando el discurso de la Modernidad habla de la patria se refiere a un punto de partida del movimiento hacia el espacio terráqueo abierto y no al claustro regional ineluctable de antes.


El antropólogo cultural indo-americano Arjun Appadurai llamó hace poco la atención sobre esas cosas al crear el concepto de «etnoescape», que permite comprender procesos como la «desespacialización» progresiva (desterritorialización) con rasgos étnicos, la constitución de «comunidades imaginarias» fuera de toda referencia a lo nacional, y la participación imaginaria de innumerables individuos en las imágenes de otras formas de vida propias de otras culturas nacionales.
2 De ese modo puede describirse de qué manera las formas de residencia modernas vinculan desarraigo y contacto con el suelo. En lo que atañe al judaísmo durante su periodo de exilio, resulta claro que su provocación consistió en restregarle a los pueblos del hemisferio occidental la paradoja aparente —en realidad un verdadero escándalo— de un sí-mismo sin espacio existente de facto.


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El otro polo, que adquiere cada vez contornos más claros a los ojos contemporáneos, lo constituye el fenómeno de un espacio sin sí-mismo. Las regiones de la Tierra deshabitadas son el primer ejemplo de él: los desiertos blancos (mundo polar), grises (altas montañas), verdes (selvas), amarillos (arena) y azules (océanos). Pero en este contexto, los desiertos externos tienen menos importancia que esos espacios cuasisociales en los que las personas se reúnen sin por ello querer (o poder) establecer un vínculo entre su identidad y la localidad. Eso puede aplicarse a todas las zonas de paso, en estricto y amplio sentido del término. Ya sean localidades destinadas al tránsito, como estaciones, puertos, aeropuertos, calles, plazas y centros comerciales, o se trate de instalaciones diseñadas para una estancia limitada como los centros vacacionales o las ciudades turísticas, plantas fabriles o asilos nocturnos.

Tales espacios pueden poseer su propia atmósfera; sin embargo, su existencia no depende de una población regular o un sí-mismo colectivo que estuviera arraigado a ellos. Lo propio de ellos es no detener a sus visitantes o paseantes. Son tierra de nadie, a veces repleta, a veces vacía. Desiertos de paso que pululan en los centros sin núcleo y en las periferias híbridas de las sociedades contemporáneas.


En dichas sociedades puede reconocerse sin mayor esfuerzo analítico que lo que hasta ahora constituía su normalidad -la vida en condiciones de hacinamiento masivo, ya sea regional o nacional, incluidos los fantasmas y narcisismos etnocéntricos- ha sido alterada de manera decisiva por las tendencias a la globalización. La licencia expedida desde tiempos inmemoriales para confundir país y sí-mismo no puede renovarse infinitamente. Por un lado, las sociedades modernas aflojan sus vínculos con el espacio en tanto las grandes poblaciones se apropian de una movilidad sin precedente en la historia. Por otro lado, aumenta dramáticamente el número de las zonas de paso donde las personas que las frecuentan no pueden establecer una relación de residencia.


De esa forma, las sociedades globalizadas y móviles se acercan simultáneamente tanto al «polo nómada», al sí-mismo sin espacio, como al polo desértico, al espacio sin sí-mismo —con un terreno intermedio que se va encogiendo sobre las culturas regionales que han florecido y las satisfacciones fieles al espacio.


La crisis formal de la moderna sociedad de masas (que actualmente se discute como crisis de los Estados nacionales) tiene así su origen en la erosión avanzada de las funciones étnico-regionales del contenedor. Lo que anteriormente se entendía, y comprendía, por «pueblo» o «sociedad» en el mayor de los casos no era sino el contenido de un recipiente de gruesas paredes, territorial y sostenido por símbolos, en el que casi siempre se hablaba un único idioma. Es decir, un colectivo que encontraba su autocerteza en un sistema nacional cerrado y oscilaba dentro de sus propias redundancias -lo cual difícilmente podía ser comprendido por los extraños-. Tales comunidades históricas que se situaban en la intersección entre el sí-mismo y el espacio, los así llamados pueblos, se encontraban, debido a sus características de autocontención, la mayoría de las veces sobre un mayor declive entre el interior y el exterior (un estado de cosas que en las culturas prepolíticas solía reflejarse como inocente etnocentrismo y, en el nivel político, como diferencia sustancial entre el interior y el exterior). Pero justamente esa diferencia y ese declive son los que hoy día, y debido a los efectos de la globalización, se nivelan cada vez más, y la situación inmunológica del contenedor nacional se vive cada vez más como algo problemático por los usuarios de condiciones de vida anteriores. Si bien es cierto que casi nadie que haya conocido los privilegios de la liberalidad moderna desea, en aras de las consignas militantes, que vuelva el reinado del Estado nacional, y menos aún el retorno a la autohipnosis totalitaria característica de las formas de vida tribales, para muchos el sentido y riesgo de la tendencia hacia un mundo de paredes delgadas y sociedades mezcladas es incomprensible y, además, se ve con recelo.

Roland Robertson opina, y es cierto, que la globalización es un proceso al que acompaña la protesta (a basically contested process).3 Pero la protesta contra la globalización es, también, la globalización misma -ella forma parte de la reacción inmunológica ineludible e ineluctable de los organismos locales contra la infección provocada por un formato mundial más elevado.

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El reto psicopolítico de la era global consiste en no ver el debilitamiento de la inmunidad tradicional y ética del contenedor como pérdida de forma y decadencia —vale decir, como ayuda ambivalente o cínica para la autodestrucción-. Lo que para los postmodernos está realmente en juego son diseños exitosos y condiciones de inmunidad dignas de ser vividas. Y esto es justamente lo que en sociedades de paredes delgadas puede volver a constituirse de múltiples formas -aunque, como siempre, no para todos.


En ese contexto social-sistémico se revela el sentido inmunológico revolucionario de la tendencia actual hacia formas de vida individualistas, a saber: quizá por primera vez en la historia de las formas de vida homínidas y humanas, en las sociedades avanzadas los individuos, en tanto portadores de propiedades inmunológicas, se desprenden de sus cuerpos sociales (hasta ahora esencialmente protectores) y aspiran a desenganchar su felicidad y su desgracia del estar-en-forma de la comuna política. Esa tendencia encuentra su mejor encarnación en la nación piloto del mundo occidental, los Estados Unidos, donde el concepto individualista «pursuit of happiness», desde 1776, constituye el fundamento del contrato social. Los efectos centrífugos de esa orientación hacia la felicidad individual fueron compensados mediante energías de la comunidad y la sociedad civil, de tal forma que la prioridad inmunológica tradicional del grupo frente al individuo parecía también haber encarnado en la síntesis de pueblos que constituyen los Estados Unidos.



Pero con el paso del tiempo se han invertido los augurios: en ninguna otra parte, en ninguna población, en ninguna cultura, el individuo se hace cargo, en tan gran medida, de sus necesidades biológicas, psicoétnicas y religiosas en la medida en que la abstinencia en el terreno político va creciendo. Durante las últimas elecciones presidenciales en los Estados Unidos se registró por primera vez una participación por debajo del 50%. Y en las recientes elecciones para la Cámara de Representantes y el Senado, en noviembre de 1998, alrededor de dos de cada tres votantes se abstuvieron de votar —para los expertos el nivel de participación en la votación, de casi un 38%, fue un resultado relativamente bueno.

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Sloterdijk philosophischen


Ello nos revela una situación en la que la mayoría de los individuos cree poder desolidarizarse del destino de su comunidad política imaginando, con buen fundamento, que, de ahora en adelante, el óptimo inmunológico del individuo no se encuentra (o sólo en contadas excepciones) en el colectivo nacional -parcialmente, quizás en el sistema de solidaridad de su «minoría» o su community-. Donde más claramente lo encuentra es asegurándose de forma privada, sea en el terreno religioso, dietético, gimnástico o de las compañías de seguros.


El axioma del orden inmunológico individualista se propaga en las masas de los individuos centrados en sí mismos como una nueva evidencia vital: que nadie hará por ellos lo que ellos no hagan por sí mismos. Las nuevas técnicas inmunológicas se recomiendan como estrategias existenciales en sociedades constituidas por individuos para los cuales la Larga Marcha hacia la flexibilidad, el debilitamiento de la «relación de objeto» y la licencia general para mantener relaciones de infidelidad o relaciones reversibles entre personas y espacios, haya alcanzado su culminación lógica.


En un mundo así, la antigua sabiduría del emigrante: ubi bene ibi patria, será obligatoria para todos. Y es que la patria como espacio de la buena vida es cada vez menos fácil de encontrar ahí donde, por un accidente de nacimiento, cada quien está. Sin importar donde se esté, la patria debe ser reinventada permanentemente mediante el arte de saber vivir y las alianzas inteligentes.

1 Acerca de esta expresión, cf. Peter Sloterdijk: Spharen I. Blasen, Suhrkamp Verlag, Frankfurt a. M., p. 60 ss.
2 Cf. Arjun Appadurai: «Globale ethnische Raume. Bemerkungen und Fragen zur Entwickulng einer transnationalen Anthropologie», en Perpektiven der Weltgesellschaft, Ulrich Beck (ed.), Suhrkamp Verlag, Frankfurt a. M., pp. 11-40.
3 Roland Robertson: Globalization: Social Theory and Global Culture. Sage Publications, London, p. 182.

Sloterdijk Spheres

  1. «WALTER BENJAMIN» Y «PETER SLOTERDIJK«; DE LOS PASAJES AL PALACIO DE CRISTAL
  2. Peter Sloterdijk: Extrañamiento del mundo

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Peter Sloterdijk by Adolfo Vásquez Rocca Philosophy

Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la ‘Fundación Hombre y Mundo’ y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la ‘Fundación Ética Mundial‘ de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.

HABERMAS TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA; INTRODUCCIÓN Ed. Cátedra | Dr. Adolfo Vásquez Rocca

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Teoría y acción comunicativa. Complementos y estudios previos

JÜRGEN HABERMAS

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Madrid, Cátedra, 1989, pp. 479-507

OBSERVACIONES SOBRE EL CONCEPTO DE ACCIÓN COMUNICATIVA (1982)

A las teorías sociológicas de la acción les importa la clarificación del concepto de acción social. Un caso ejemplar de acción social es ciertamente la cooperación entre (a lo menos) dos actores que coordinan sus acciones instrumentales para la ejecución de un plan de acción común; pues, conforme a ese modelo, pueden analizarse, por ejemplo, casos elementales de trabajo social. Pero incluso en las sociedades simples el trabajo es sólo uno de varios casos típicos de interacción. Por tanto, voy a partir de la cuestión general de cómo es posible la acción en tanto que social. La pregunta: «¿Cómo es posible la acción social?» sólo es el reverso de otra pregunta. «¿Cómo es posible el orden social?». Una teoría de la acción que trate de responder a estas cuestiones ha de poder señalar aquellas condiciones bajo las que alter puede «conectar» sus acciones con las acciones de ego.

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HABERMAS; EL DISCURSO FILOSÓFICO DE LA MODERNIDAD

Esta expresión delata el interés por las condiciones del orden social, en la medida en que tales condiciones radican en el plano analítico de las interacciones simples. A la teoría sociológica de la acción le importan no sólo las características formales de la acción social en general, sino los mecanismos de coordinación de la acción que hacen posible una concatenación regular y estable de interacciones. Los patrones de interacción sólo se forman cuando las secuencias de acción a las que los distintos actores hacen su aportación, no se rompen contingentemente, sino que se coordinan según reglas. Esto vale, así para el comportamiento estratégico como para el comportamiento cooperativo. La búsqueda de mecanismos de «conexión» no significa una predecisión en favor de un planteamiento en términos de teoría del consenso frente a un planteamiento en términos de teoría del conflicto. Sin embargo, la óptica que típicamente adopta el sociólogo si que prejuzga la teoría de la acción, por cuanto que se limita a analizar los conceptos de acción social sólo en conexión con conceptos relativos al orden social.

Ello explica algunas de las diferencias más llamativas entre teoría sociológica de la acción y teoría filosófica de la acción. La primera presupone lo que la segunda convierte en tema: sobre todo la clarificación de la estructura de la actividad teleológica (y de los correspondientes conceptos de capacidad de acción y elección racional). Además, la teoría sociológica de la acción no se interesa por esos problemas básicos relativos a la libertad de la voluntad y a la casualidad, a la relación entre mente y cuerpo, a la intencionalidad etc., que son susceptibles de aclararse tanto en el contexto de la ontología, de la teoría del conocimiento y de la teoría del lenguaje, como en el de la teoría filosófica de la acción. Mediante la tarea de explicar un orden social intersubjetivamente compartido, la teoría sociológica de la acción, finalmente, no tiene más remedio que sacarnos también de las premisas de la filosofía de la conciencia. Por eso no queda ligada en el mismo grado que la teoría analítica de la acción al modelo de un sujeto solitario, capaz de conocimiento y de acción, que se enfrenta a la totalidad de estados de cosas existentes y puede referirse a algo del mundo objetivo, así mediante la percepción como interviniendo en él. Una teoría de la acción planteada en términos de teoría de la intersubjetividad puede más bien, por su parte, contribuir a reformular cuestiones que la filosofía había venido considerando hasta aquí como dominio suyo.

Con los rótulos «acuerdo» e «influencia» voy a empezar caracterizando dos mecanismos de coordinación que subyacen a los conceptos más importantes de acción social (1). Estos conceptos de acción deciden también acerca de cómo puede pensarse el orden social. Estos conceptos de sociedad caracterizan por su parte a planteamientos que hoy compiten entre si, a saber: la teoría del intercambio social y el funcionalismo sistémico; la teoría de la acción ligada a roles y la fenomenología de la autoescenificación o presentación que el sujeto hace de si; y finalmente, el interaccionismo simbólico y la etnometodología (2). Las unilateralidades y debilidades de estos planteamientos teoréticos las tomo como ocasión para introducir los conceptos de acción comunicativa y mundo de la vida (3). Estas consideraciones intuitivas necesitan de una explicación que en este lugar no puedo intentar dar. Pero sí que quisiera enumerar al menos y glosar programáticamente los pasos que precisaría tal explicación, pasos que he desarrollado en mi libro Teoría de la Acción Comunicativa (4). En dos excursos voy a entrar, por un lado, en la cuestión de cuál es la relación que, en lo que hace a teoría de la sociedad, guardan las categorías de «acción estratégica» y «acción comunicativa», así como las categorías de «sistema» y «mundo de la vida», y, por otro, a señalar los problemas filosóficos a cuya aclaración puede servir una teoría de la acción planteada en términos de pragmática formal (5)

(1) Mecanismos de coordinación de la acción. Las mencionadas teorías sociológicas de la acción coinciden en algunas decisiones básicas. En primer lugar optan por un análisis que parte de la perspectiva interna de los agentes. Una acción puede entenderse como realización de un plan de acción, que se apoya en una interpretación de la situación. El actor, al llevar a término su plan de acción, domina una situación. La situación de acción constituye un fragmento de un entorno interpretado por el actor. Este fragmento se constituye a la luz de posibilidades de acción que el actor percibe como relevantes para la ejecución de su plan de acción. De los planteamientos de teoría del comportamiento las teorías de la acción se distinguen además porque atribuyen al actor un saber de estructura proposicional. El actor ha de poder repetir in foro interno los enunciados de un observador (A cree o piensa, quiere o tiene la intención de, desea o teme, que «p») y dirigírselos a si mismo. Finalmente, las teorías sociológicas de la acción exigen para los participantes en la interacción a lo menos un saber concordante: sus interpretaciones de la situación tienen que solaparse suficientemente. Por consiguiente todos estos planteamientos permiten o admiten también la comunicación lingüística o, en todo caso, el intercambio de informaciones. Por lo demás, los planteamientos de teoría de la acción se distinguen según que para la coordinación de la acción postulen un acuerdo, es decir, un saber común o simplemente influencias externas de unos actores sobre otros.

Un saber «común» tiene que satisfacer condiciones bien exigentes. Pues no sólo estamos ante un saber «común» cuando los participantes concuerdan en algunas opiniones; tampoco cuando saben que concuerdan en ellas. Llamo común a un saber que funda acuerdo, teniendo tal acuerdo como término un reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez susceptibles de critica. Acuerdo significa que los participantes aceptan un saber como válido, es decir, como intersubjetivamente vinculante. Sólo merced a ello puede un saber común, en la medida en que contiene componentes o implicaciones relevantes para la secuencia de interacción, cumplir funciones de coordinación de la acción. Las vinculaciones reciprocas sólo surgen de convicciones compartidas intersubjetivamente. En cambio, el influjo externo (en el sentido de influencia causal) sobre las convicciones de otro participante en la interacción sólo tiene un carácter unilateral.

Las convicciones compartidas intersubjetivamente vinculan a los participantes en la interacción en términos de reciprocidad; el potencial de razones asociado a las convicciones constituye entonces una base aceptada, en la que uno puede estribar para apelar al buen sentido del otro. Este efecto de vinculo no puede tenerlo una convicción que uno se limita a inducir en el otro (por medio de una mentira, por ejemplo). Las convicciones monológicas, es decir, aquello que en su foro interno cada uno tiene por verdadero o correcto, sólo puede afectar a las actitudes propias de uno. En el modelo del influjo o influencia unilaterales (o de un influjo recíproco) las razones, por buenas que sean, no pueden constituir instancia de apelación. En este modelo las buenas razones no ocupan ninguna posición privilegiada. No cuenta el tipo de medios sino el éxito de la influencia sobre las decisiones de un oponente, ya se deba tal éxito al dinero, a la violencia, o a las palabras. Acuerdo e influencia son mecanismos de coordinación de la acción que se excluyen uno a otro, a lo menos desde la perspectiva de los participantes. Los procesos de entendimiento no pueden emprenderse simultáneamente con la intención de llegar a un acuerdo con un participante en la interacción y de ejercer influencia sobre él, es decir, de obrar causalmente algo en él. Desde la perspectiva del participante, un acuerdo no puede forzarse, no puede venir impuesto por una parte o la otra—sea instrumentalmente, por intervenciones directas en la situación de acción del otro, sea estratégicamente, por medio de una calculada influencia sobre las actitudes del prójimo. Bien es verdad que, objetivamente, un acuerdo puede venir forzado o inducido; pero lo que a ojos vistas se produce por influencia externa, mediante gratificaciones, amenazas, sugestión o engaño, no puede contar subjetivamente como acuerdo. Pierde la eficacia a la que debe su capacidad de coordinar la acción. Un acuerdo pierde el carácter de convicciones comunes en cuanto el afectado se da cuenta de que es resultado de la influencia externa que otro ha ejercido sobre él.

Un actor sólo puede intentar tal intervención si en la ejecución de su plan de acción adopta una actitud objetivante frente a su entorno y se orienta directamente por las consecuencias que vaya a tener su acción, es decir, se orienta directamente al éxito de su acción. En cambio, los participantes en la interacción que tratan de coordinar de común acuerdo sus respectivos planes de acción y sólo los ejecutan bajo las condiciones del acuerdo a que se ha llegado, adoptan la actitud realizativa (performative) de hablantes y oyentes, y se entienden entre si sobre la situación dada y la forma de dominarla. La actitud de orientación al éxito aísla al agente de los demás actores que encuentra en su entorno; pues para él las acciones de sus oponentes, al igual que el resto de los ingredientes de la situación, son simplemente medios y restricciones para la realización de su propio plan de acción; los objetos sociales no se distinguen en este aspecto de los físicos. La actitud de orientación al entendimiento, por el contrario, torna a los participantes en la interacción dependientes los unos de los otros. Éstos dependen de las actitudes de afirmación o negación de sus destinatarios, porque sólo pueden llegar a un consenso sobre la base del reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez.

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(2) El concepto de acción teleológica ocupa desde Aristóteles el centro de la teoría filosófica de la acción. El actor realiza sus fines o hace que se produzca el estado deseado eligiendo en una situación dada medios que ofrezcan perspectivas de éxito y aplicándolos de forma adecuada. Central es el plan de acción apoyado en la interpretación de una situación y enderezado a la realización de un fin, plan de acción que permite una decisión entre alternativas de acción. Esta estructura teleológica es constitutiva de todos los conceptos de acción, pero los conceptos de acción social se distinguen por el modo como plantean la coordinación de las acciones particulares. Una primera clasificación cabe obtenerla desde el punto de vista de si los planteamientos de teoría de la acción cuentan con un influjo empírico de ego sobre alter o con el establecimiento de un acuerdo racionalmente motivado entre ego y alter. Pues según se cuente con lo uno o con lo otro, los participantes en la interacción adoptan una actitud orientada al éxito o una actitud orientada al entendimiento. Se presupone aquí, además, que esas actitudes pueden identificarse en las circunstancias apropiadas recurriendo al saber intuitivo de los participantes.

El modelo estratégico de acción se contenta con la explicitación de las reglas de la acción orientada al éxito, mientras que los demás modelos de acción especifican condiciones de consenso y acuerdo, bajo las que los participantes en la interacción pueden ejecutar sus respectivos planes de acción. La acción regulada por normas presupone entre los participantes un consenso valorativo, la acción dramatúrgica se apoya en la relación consensual entre un «actor» que de forma más o menos impresionante se pone a sí mismo en escena y su público, y la interacción lingüísticamente mediada exige el establecimiento de consenso, sea mediante una asunción de rol de tipo interpretativo y una proyección o ejecución del rol de tipo creativo, o mediante procesos cooperativos de interpretación. Las teorías del poder y del intercambio desarrolladas a partir del modelo de la acción orientada al éxito parten de que los participantes en la interacción coordinan sus acciones mediante influencias reciprocas (a), mientras que las teorías no empiristas de la acción sustituyen los procesos de influencia por procesos de entendimiento (b).

(a) El modelo teleológico de acción se amplía y convierte en modelo estratégico de acción cuando en el cálculo que el agente hace de su propio éxito pueden entrar expectativas acerca de las decisiones de a lo menos otro actor que también actúa orientándose a la consecución de sus fines. Este modelo de acción es interpretado a menudo en términos utilitaristas; entonces se supone que el actor elige y calcula los medios y fines desde el punto de vista de la maximización de utilidad o de expectativas de utilidad. Pero de este concepto de acción estratégica no puede obtenerse un concepto de orden social si no se añaden otros supuestos adicionales. De la interpenetración de cálculos egocéntricos de utilidad sólo pueden resultar patrones de interacción, es decir, concatenaciones regulares y estables de interacciones a condición de que las preferencias de los actores implicados se complementen y las respectivas constelaciones de intereses se equilibren. Los dos casos ejemplares, para los que en términos generales esto puede suponerse son las relaciones de intercambio que se establecen entre ofertantes y demandantes que libremente compiten entre si, así como las relaciones de poder que, en el marco de unas relaciones de dominación admitidas, se establecen entre los que mandan y los que obedecen. En la medida en que las relaciones interpersonales entre los sujetos que actúan orientándose a su propio éxito sólo vienen reguladas por el intercambio y el poder, la sociedad se presenta como un orden instrumental. Este especializa las orientaciones de acción en términos de competencia por el dinero y el poder y coordina las decisiones a través de relaciones de mercado o de relaciones de dominación. Tales órdenes puramente económicos o planteados exclusivamente en términos de política de poder los llamo instrumentales porque surgen de relaciones interpersonales en que los participantes en la interacción se instrumentalizan unos a otros como medios para la consecución de sus propios fines.

Pues bien, Durkheim, Weber y Parsons insistieron una y otra vez en que los órdenes instrumentales no pueden ser estables, en que no pueden ser duraderos órdenes sociales asentados exclusivamente sobre la interpenetración de constelaciones de intereses. Y de hecho, las teorías sociológicas del poder y del intercambio no saben arreglárselas sin tomar algunos préstamos del concepto de un orden normativo. Así por ejemplo, P. Blau complementa las categorías utilitaristas básicas de su teoría del intercambio introduciendo ideas de justicia sobre cuya base los actores pueden enjuiciar como más o menos «fair» lo que reciben de los demás a cambio de lo que ellos dan1; y en su teoría del conflicto R. Dahrendorf2 entiende la dominación en el sentido integralmente weberiano de un poder institucionalizado que necesita legitimación. Ambas cosas son componentes normativos que peraltan un orden concebido, por lo demás, en términos instrumentales, pero en el modelo de acción estratégica que subyace a ambas teorías, se trata de cuerpos extraños.

Una solución más consecuente la of rece el funcionalismo sistémico que sustituye al concepto de acción estratégica por el de interacción regida por medios. El orden social queda entendido de antemano conforme al modelo de sistemas que conservan sus limites, es decir con independencia de la perspectiva conceptual de una teoría de ia acción. Más bien, el concepto de acción social queda por su parte cortado al talle de un concepto de medio de comunicación o medio de regulación, planteado en términos de teoría de sistemas.3

Tal medio tiene las propiedades de un código con cuya ayuda se transmiten informaciones del emisor al receptor. Pero a diferencia de lo que ocurre con las expresiones gramaticales de una lengua, las expresiones simbólicas de un medio de regulación o control, por ejemplo los precios, llevan incrustadas algo así como una estructura de preferencias—pueden informar al receptor acerca de una oferta y simultáneamente motivarlo a aceptar la oferta. Un medio de regulación o control tiene una estructura tal, que las acciones de alter quedan conectadas con las acciones de ego eludiendo los riesgos que los procesos de formación de consenso comportan. Este automatismo se produce porque el código del medio sólo vale

para una clase bien delimitada de situaciones estándar,

que viene definida por una constelación univoca de intereses

que las orientaciones de acción de los participantes vienen fijadas por un valor generalizado

que alter sólo puede decidir básicamente entre dos opciones alternativas;

que ego puede controlar esas posturas u opciones de alter por medio de ofertas y

que los actores sólo se orientan por las consecuencias que puedan tener sus acciones, es decir, tienen la libertad de hacer depender sus decisiones exclusivamente de un cálculo de las perspectivas de éxito que tiene su acción.

En el caso ejemplar del dinero la situación estándar viene definida por el proceso de intercambio de bienes. Los participantes en el intercambio se atienen a intereses económicos, tratando de optimizar en el empleo de recursos escasos para fines alternativos la relación entre gasto y rendimiento. La utilidad es aquí el valor generalizado, significando generalizado que liga por igual en todas partes y en todo tiempo a todos los actores que participan en el tráfico monetario. El código dinero esquematiza posibles tomas de postura de alter, de suerte que éste puede, o bien aceptar la oferta de intercambio de ego o rechazarla, y con ello adquirir una posesión o renunciar a esa adquisición. Bajo estas condiciones los participantes en el intercambio pueden condicionar mediante sus respectivas ofertas sus tomas de postura recíprocas, sin tener que estribar en la disponibilidad a la cooperación, que se presupone en la acción comunicativa. Lo que de los actores se espera es, mas bien, una actitud objetivante frente a la situación de acción y una orientación racional por las consecuencias de la acción. La rentabilidad constituye el criterio conforme al que se calculan las propias posibilidades de éxito.

El concepto de una interacción regida a través del medio dinero surge de la idea de acción estratégica mediada por el mercado, a la vez que la sustituye. Y se ajusta a un concepto de sociedad articulado en términos de teoría de sistemas, el cual no ha menester quedar enriquecido con ningún tipo de conceptos básicos de tipo normativista.

Las interacciones estratégicas también se entienden por lo general como lingüísticamente mediadas, pero dentro de este modelo los actos de habla mismos quedan asimilados a acciones orientadas al éxito. Pues para los sujetos que actúan estratégicamente, que se afanan directamente, es decir, sin más mediaciones, por la realización de sus planes de acción, la comunicación lingüística es un medio como cualquier otro se sirven del lenguaje para provocar efectos perlocucionarios. No cabe duda de que existen numerosos casos de entendimiento indirecto, sea que un actor dé a entender algo a otro por medio de señales, lo motive indirectamente, por vía de una elaboración inferencial de percepciones de la situación, a hacerse una determinada idea o a concebir una determinada intención; sea que un actor, sobre la base de una práctica comunicativa cotidiana ya establecida, logre uncir al otro a sus propios fines, es decir, lo motive, mediante un empleo manipulativo de los medios lingüísticos, a que adopte el comportamiento deseado, instrumentalizándolo, por tanto, para el propio éxito de su acción. Sólo que este uso del lenguaje orientado a las consecuencias que se pretenden, yerra el telos (inscrito en el lenguaje mismo) de un acuerdo que los participantes en la interacción pueden alcanzar entre sí sobre algo.

(b) Los modelos de acción no estratégica presuponen como componente esencial de la coordinación de la acción un uso del lenguaje orientado al entendimiento, siquiera bajo aspectos unilaterales según el tipo de acción de que se trate. En la acción regulada por normas el entendimiento sirve a la actualización de un acuerdo grupal normativo ya vigente, en la acción dramatúrgica a una autoescenificación referida a un público, con la que los «actores» se impresionan unos a otros. Utilizo estos dos conceptos tal como fueron introducidos, respectivamente, por Parsons y Goffman.4

El concepto de acción regulada por normas no se refiere al comportamiento de un actor en principio solitario, que encuentre en su entorno a otros actores, sino a miembros de un grupo social que orientan su acción por valores comunes. El actor particular sigue una norma (o la transgrede), en cuanto en una situación dada se dan las condiciones a que la norma se aplica. Las normas expresan un acuerdo vigente en un grupo social. Todos los miembros de un grupo, para los que rige la norma, tienen derecho a esperar unos de otros que en determinadas situaciones se ejecuten o se omitan las acciones a que se refiere la norma. El concepto central de observancia de una norma significa el cumplimiento de una expectativa generalizada de comportamiento. Expectativa de comportamiento no tiene el sentido cognitivo de expectativa de un suceso pronosticado, sino el sentido normativo de que los miembros del grupo tienen derecho a esperar un determinado comportamiento. Este modelo normativo de acción es el que subyace a la teoría del rol social.

El concepto de acción dramatúrgica no se refiere primariamente ni a un actor solitario ni al miembro de un grupo social, sino a participantes en la interacción que constituyen un público los unos para los otros, ante el que hacen presentación de sí mismos. El actor suscita en su público una determinada imagen, una determinada impresión de sí, revelando su subjetividad de forma más o menos calculada con miras a esa imagen que de sí quiere dar. Todo agente puede controlar el acceso público a la esfera de sus propias intenciones, pensamientos, actitudes, deseos y sentimientos, etc., a las que sólo él tiene un acceso privilegiado. En la acción dramatúrgica los participantes aprovechan esta circunstancia y controlan su interacción por medio de la regulación y control del acceso recíproco a la subjetividad de cada uno. El concepto central de autorrepresentación significa, por tanto, no un comportamiento expresivo espontáneo, sino la estilización de la expresión de las propias vivencias, efectuada con vistas a la imagen que uno quiere dar de si a un espectador. Este modelo de acción dramatúrgica sirve, en primer término, a descripciones de la interacción orientadas en términos fenomenológicos; pero hasta el momento no ha sido elaborado hasta convertirse en un planteamiento capaz de hacer generalizaciones teoréticas.5

A la acción regulada por normas responde un orden social que es entendido como sistema de normas reconocidas o de instituciones vigentes. Y, por cierto, las instituciones se consideran tanto más sólidas cuanto mejor integradas quedan las orientaciones valorativas normativamente exigidas con las constelaciones dadas de intereses. Este concepto de sociedad está planteado, empero, en términos tan estrechos que no deja espacio para las operaciones constructivas del propio actor; se expone a la objeción de presuponer un sujeto de acción «sobresocializado» (D. Wrong). En cambio, el actor presupuesto en la acción dramatúrgica estaría «subsocializado». En este último modelo de acción no hay lugar categorial o conceptual para los órdenes institucionales; en vez de eso, el modelo cuenta con un pluralismo de identidades que se afirman a sí mismas, que comunican entre si por vía de autopresentación. Ciertamente que este modelo expresivista otorga un espacio a las operaciones creativas del actor, pero delata debilidades que resultan simétricas a las debilidades del modelo normativista. Mientras que los sujetos sobresocializados se limitan a reproducir las mismas estructuras que están institucionalizadas en el orden social, las identidades que con tanta riqueza de facetas hacen exhibición de si mismas son concebidas como seres que quedan por encima de la sociedad o que, por así decirlo, entran en ella desde fuera.

Estas debilidades complementarias quedan superadas en el interaccionismo simbólico. La asunción de rol se entiende como mecanismo de un proceso de aprendizaje en que el muchacho construye el mundo social a la vez que desarrolla su propia identidad. Este concepto de asunción de rol permite entender la individuación como proceso de socialización y simultáneamente la socialización como individuación. El interaccionismo simbólico suprime la oposición abstracta entre los órdenes institucionales y la pluralidad de identidades individuales, y ello en un proceso circular de formación que constituye por igual a ambas partes, es decir, a los órdenes sociales y a los actores. Este modelo reacciona con estas innovaciones conceptuales a las mencionadas debilidades de la conceptuación del orden social, sin renovar empero el concepto mismo de acción social. En el interaccionismo simbólico todas las acciones sociales son entendidas conforme al modelo de interacciones socializadoras; pero no queda explicado cómo puede funcionar el lenguaje como medio de la socialización.

Los planteamientos fenomenológicos y hermenéuticos, en especial la etnometodologia fundada por H. Garfinkel, han abordado este problema. Entienden las acciones sociales como procesos cooperativos de interpretación en que los participantes en la interacción negocian definiciones comunes de la situación para coordinar sus planes de acción. Pero estos planteamientos se concentran tan exclusivamente en las operaciones interpretativas de los actores, que las acciones se disuelven en actos de habla, y las interacciones sociales tácitamente se disuelven en conversaciones. Desde esta perspectiva el orden social se evapora en una secuencia contingente de ficciones intersubjetivamente generadas, que sólo emergen de la corriente de interpretaciones para desmoronarse de nuevo. Con cada secuencia de interacción los intérpretes renuevan la apariencia de una sociedad normativamente estructurada, pero de hecho no hacen más que andar a tientas desde un frágil consenso instantáneo al siguiente. Mas una acción comunicativa que quede asimilada a la hermenéutica de un eterno diálogo que da vueltas sobre si mismo, sólo suministra, a lo sumo, un concepto de orden social que hace coincidir la sociedad con la prosecución, reflexivamente refractada, de tradiciones culturales.

Voy a empezar mostrando por qué el interaccionismo simbólico y la etnometodologia fracasan en su tarea de desarrollar un concepto de acción social en que la formación lingüística de consenso cumpla la función de coordinar la acción. Esta explicación sirve como clave para un concepto de acción comunicativa, cuya fecundidad cabe mostrar en una teoría de la sociedad, y que en detalle he desarrollado en otra parte.6

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Habermas Teoría de la acción comunicativa por Adolfo Vásquez Rocca

(3) Tanto el interaccionismo simbólico como la etnometodología de inspiración fenomenológica asumen la tarea de clarificar el mecanismo lingüístico de coordinación de la acción orientada al entendimiento; pero, con los conceptos de asunción de rol e interpretación, vienen a dar en el remolino de análisis que se enderezan a otros fines presentan la acción comunicativa como un medio a través del cual discurren los procesos de socialización o se fingen órdenes normativos. Este desvío respecto del fin original de la teoría de la acción proviene, a mi entender, de que las tradiciones de investigación que parten de G. H. Mead y de A. Schütz no distinguen con suficiente cuidado entre mundo y mundo de la vida. Aquello sobre que los participantes en la interacción se entienden entre sí, no debe contaminarse con aquello desde dónde inician y discuten sus operaciones interpretativas. La acción orientada al entendimiento es reflexiva, de ahí que los órdenes institucionales y las identidades de los sujetos agentes aparezcan en dos puntos. Como ingredientes tematizables de la situación de acción, los participantes pueden tornarlas explícitamente conscientes. Como recursos para la generación del proceso de comunicación mismo permanecen en el trasfondo y, al igual que los patrones de interpretación culturalmente acumulados, sólo son presentes como saber implícito. Ciertamente que el interaccionismo y la fenomenología eligen un planteamiento que los obliga a distinguir entre temas y recursos, es decir, a mantener separados los planos que representan el contenido y la constitución de los procesos de entendimiento. Pero, como analíticamente no desarrollan de forma suficiente estos complejos, en cada uno de los casos acaba autonomizándose uno de estos aspectos. En un caso cobra primacía el punto de vista de la constitución. La estructura de perspectivas inscrita en los roles sociales ocupa hasta tal punto la atención que la acción comunicativa se encoge y reduce a la dimensión relevante para los procesos de socialización, es decir, a la dimensión de la asunción de rol. En el otro caso la elaboración cooperativa de temas pasa hasta tal punto a primer plano, que lo único que queda como recurso es el saber cultural, y el orden social, por así decirlo, se hunde en diálogos.

La reproducción cultural del mundo de la vida sólo podremos conceptuarla adecuadamente si (a) identificamos las referencias al mundo o relaciones con el mundo en que están los sujetos que actúan comunicativamente, (b) reformulamos el concepto de situación desde la perspectiva de la acción orientada al entendimiento, para distinguir en las aportaciones del mundo de la vida entre aportaciones formadoras de contexto y aportaciones constitutivas, y (c) abandonamos al final la perspectiva del actor, para ver cuál es la aportación que la acción comunicativa hace por su parte al mantenimiento y generación del mundo de la vida.

(a) Relaciones con el mundo. Partiendo de Frege y del primer Wittgenstein se ha impuesto un concepto semántico de mundo como totalidad de aquello que es el caso. Si se añade además el concepto intervencionista de ley y de causalidad,7 desarrollado a partir de Peirce, se puede proveer al mundo objetivo de un índice temporal y definirlo como totalidad de los estados de cosas conectados conforme a leyes, que se dan o pueden presentarse en un determinado momento, o pueden producirse mediante intervención. En el plano semántico tales estados de cosas podemos considerarlos representados por o como contenidos proposicionales de las oraciones enunciativas o de las oraciones de intención. Los presupuestos ontológicos ligados al modelo de la actividad teleológica introducido más arriba pueden, entonces, hacerse explícitos con ayuda de este concepto de mundo. Para poder entender un proceso como una acción teleológica, tenemos que atribuir al actor (por lo menos implícitamente) la capacidad de formarse opiniones y de someterlas a examen, así como de concebir intenciones y ejecutarlas. Con ello suponemos que el actor puede adoptar en principio dos relaciones con el mundo objetivo: puede conocer estados de cosas existentes y traer a existencia estados de cosas deseados.

Los mismos presupuestos ontológicos valen también para el concepto de acción estratégica. Los sujetos que actúan estratégicamente, que no se limitan a intervenciones instrumentales, sino que persiguen sus fines por vía de influjo sobre las decisiones de otros actores, tienen que ampliar su aparato categorial en lo tocante a lo que puede presentarse en el mundo (pues ahora pueden presentarse en el mundo actores capaces de tomar decisiones y no sólo cosas y sucesos); pero con la complejidad de las entidades intramundanas no aumenta la complejidad del concepto de mundo objetivo mismo. La actividad teleológica diferenciada en actividad estratégica sigue siendo un concepto que cuenta sólo con un mundo. En cambio, los conceptos de acción regulada por normas y de acción dramatúrgica presuponen relaciones entre un actor y, en cada caso, un mundo más.

Pues en el primer caso, en el caso de la acción regulada por normas, junto al mundo objetivo de estados de cosas existentes aparece un mundo social, al que quedan asignados así el actor en tanto que portador de roles, como aquellos actores que pueden entablar con él relaciones interpersonales legítimamente reguladas. Un mundo social consiste en órdenes institucionales que fijan qué interacciones pertenecen a la totalidad de aquellas relaciones sociales que pueden considerarse justificadas; y todos los destinatarios de tal complejo de normas quedan asignados al mismo mundo social. Al igual que el sentido del mundo objetivo puede explicarse por referencia a la existencia de estados de cosas, también el sentido del mundo social puede explicarse por referencia a la validez normativa de las normas (en el sentido de ser éstas dignas de ser reconocidas). En el plano semántico las normas vienen representadas por oraciones normativas universales (o preceptos), que son aceptados como justificados por los destinatarios de las normas, de forma similar a como los hechos vienen representados por oraciones asertóricas verdaderas.

Al describir un proceso como interacción dirigida por normas presuponemos que los participantes distinguen los componentes fácticos de su situación de acción, es decir, los medios y las condiciones, de los derechos y deberes. El modelo normativo de acción parte de que los participantes pueden adoptar, así una actitud objetivante frente a algo que es o no es el caso, como también una actitud de conformidad con las normas frente a algo, que con razón o sin ella, está mandado. Pero, al igual que en el modelo de acción teleológica, la acción es concebida primariamente como una relación entre un actor y un mundo—aquí como una relación con el mundo social al que el actor se enfrenta en su papel de destinatario de la norma y en el que puede entablar relaciones interpersonales legítimamente reguladas. Pero ni aquí ni allí se presupone al actor mismo corno un mundo, acerca del cual el propio actor podría haberse reflexivamente. Sólo el concepto de acción dramatúrgica exige un presupuesto más, el presupuesto de un mundo subjetivo, al que se refiere el actor, que en su acción se pone en escena a sí mismo.

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En el caso de la acción dramatúrgica el actor ha de haberse acerca de su propio mundo subjetivo para hacer presentación ante un público de un aspecto de si mismo. Ese mundo subjetivo puede definirse como la totalidad de las vivencias a las que el agente tiene en cada caso un acceso privilegiado. Pero a ese ámbito de la subjetividad sólo puede darse el nombre de «mundo» si el significado de un mundo subjetivo puede explicarse de forma análoga a como el significado de mundo social puede explicarse por referencia a la vigencia de normas (análoga a su vez a la existencia de estados de cosas). Quizá pueda decirse que lo subjetivo viene representado por oraciones de vivencia emitidas con veracidad, al igual que los estados de cosas por enunciados verdaderos y las normas válidas por oraciones de deber justificadas. Las vivencias subjetivas no debemos entenderlas como estados mentales o episodios internos; pues con ello quedarían asimiladas a entidades, a ingredientes del mundo objetivo. El tener vivencias podemos entenderlo como algo análogo a la existencia de estados de cosas, pero no debemos asimilar lo uno a lo otro. Un sujeto capaz de expresarse no «tiene» o «posee» deseos o sentimientos en el mismo sentido en que decimos que un objeto observable tiene extensión, peso, color y otras propiedades similares. Un actor tiene deseos y sentimientos en el sentido de que, si así lo quiere, puede manifestar esas vivencias ante un público, de modo que ese público pueda atribuir esos deseos y sentimientos al agente (en la medida en que le dé crédito) como algo subjetivo.

Al describir un proceso como acción dramatúrgica presuponemos que el actor deslinda su mundo interno del mundo externo. En ese mundo externo el actor puede ciertamente distinguir entre los componentes normativos y los no normativos de la situación de acción; pero en el modelo de acción de Goffman no está previsto que el actor pueda haberse acerca del mundo social en actitud de conformidad con las normas. Las relaciones interpersonales legítimamente reguladas, el actor sólo las toma en consideración como hechos sociales. Por eso me parece lo más apropiado clasificar también la acción dramatúrgica como un concepto que presupone dos mundos, a saber: el mundo interno y el mundo externo, o el mundo subjetivo y el mundo objetivo.

Las relaciones actor-mundo discutidas hasta aquí pertenecen a los presupuestos ontológicos de las descripciones en que aparecen los correspondientes conceptos de acción. Al emprender, como científicos sociales, tal descripción, suponemos que los actores entran en relaciones con mundos que concebimos representados por una totalidad de oraciones asertóricas o normativas o expresivas válidas. En cuanto empleamos el modelo de la acción orientada al entendimiento tenemos que atribuir a los actores las mismas relaciones actor-mundo, pero esta vez como relaciones reflexivas. Pues entonces suponemos que los actores dominan también lingüísticamente las relaciones que entablan con el mundo y las movilizan para el fin cooperativamente seguido de entenderse. Los propios sujetos descritos hacen uso de aquellas oraciones, valiéndose de las cuales el científico social, al ponerse a describir, había podido aclarar hasta aquí el status de los hechos, las normas y las vivencias, es decir, los referentes de la acción enderezada a la consecución de fines, de la acción regida por normas y de la acción dramatúrgica. Los participantes en la interacción emplean tales oraciones en actos comunicativos con los que tratan de entenderse sobre su propia situación, de suerte que les sea posible coordinar de común acuerdo sus propios planes de acción.

Sobre la iniciación en las formas clínicas ©  PSIKEBA

El concepto de acción comunicativa fuerza u obliga a considerar también a los actores como hablantes y oyentes que se refieren a algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo, y se entablan recíprocamente a este respecto pretensiones de validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio. Los actores no se refieren sin más intentione recta a algo en el mundo objetivo, en el mundo social o en el mundo subjetivo, sino que relativizan sus emisiones sobre algo en el mundo teniendo presente la posibilidad de que la validez de ellas pueda ser puesta en cuestión por otros actores. El entendimiento funciona como mecanismo coordinador de la acción del siguiente modo: los participantes en la interacción se ponen de acuerdo sobre la validez que pretenden para sus emisiones, es decir, reconocen intersubjetivamente las pretensiones de validez que recíprocamente se entablan unos a otros. Un hablante hace valer una pretensión de validez susceptible de crítica al referirse con su emisión a lo menos a un mundo y hace uso de la circunstancia de que tal relación entre actor y mundo es accesible en principio a un enjuiciamiento objetivo para desafiar a su prójimo a una toma de postura racionalmente motivada. Si prescindimos de que la expresión simbólica empleada ha de estar bien formada, un actor que se oriente al entendimiento en el sentido indicado ha de entablar implícitamente con su emisión exactamente tres pretensiones de validez, a saber: la pretensión

de que el enunciado que hace es verdadero (o que se cumplen, en efecto, las condiciones de existencia del contenido proposicional mencionado);

de que la acción pretendida es correcta por referencia a un contexto normativo vigente (o de que el contexto normativo a que la acción se atiene es él mismo legitimo), y

de que la intención manifiesta del hablante es, en efecto, la que el hablante expresa.

El hablante pretende, pues, verdad para los enunciados y presuposiciones de existencia, rectitud para las acciones legítimamente reguladas y para su contexto normativo, y veracidad en lo tocante a la manifestación de sus vivencias subjetivas.

(b) Mundo y mundo de la vida. Si entendemos la acción como dominio de situaciones, entonces el concepto de acción comunicativa destaca sobre todo dos aspectos en tal dominio de la situación: el aspecto teleológico de ejecución de un plan de acción y el aspecto comunicativo de interpretación de la situación y obtención de un acuerdo. Esencial para la acción orientada al entendimiento es la condición de que los participantes realicen de acuerdo sus planes en una situación de acción definida en común. Los participantes tratan de evitar dos riesgos: el riesgo de un entendimiento fallido, es decir, de disentimiento o malentendido, y el riesgo de un plan de acción fallido, es decir, el riesgo de fracaso. La evitación del primer riesgo es condición necesaria para hacer frente al segundo. Los participantes no pueden conseguir sus fines sin cubrir la necesidad de entendimiento que es menester para hacer uso de las posibilidades de acción que la situación of rece —o en todo caso no pueden alcanzar ya tales fines por vía de acción comunicativa.

Una situación representa el fragmento de un mundo de la vida delimitado por relación a un tema. Un tema surge en conexión con intereses y metas de acción de (a lo menos) un participante; circunscribe el ámbito de relevancia de los componentes de la situación susceptibles de ser tematizados y viene subrayado por los planes que los participantes conciben sobre la base de la interpretación que hacen de la situación, con el fin de realizar sus propios fines. La situación de acción interpretada circunscribe un ámbito temáticamente abierto de alternativas de acción, es decir, de condiciones y medios para la ejecución de planes. A la situación pertenece todo lo que se hace sentir como restricción para las correspondientes iniciativas de acción. Mientras que el actor mantiene a las espaldas el mundo de la vida como recurso de la acción orientada al entendimiento, las restricciones que las circunstancias imponen a la ejecución de su plan, le salen al paso como ingredientes de la situación. Y estos, en el sistema de referencia de los tres conceptos formales de mundo, pueden clasificarse como hechos, normas y vivencias.

Si se introduce de este modo el concepto de situación, cabe distinguir entre «mundo» y «mundo de la vida» desde el punto de vista de la tematización de objetos y de la restricción de los espacios de iniciativa.

En primer lugar, los conceptos de «mundo» y «mundo de la vida» sirven al deslinde de ámbitos que para los participantes, en una situacion dada, o bien son accesibles a la tematización o quedan sustraídos a ella. Desde la perspectiva de los participantes, vertida hacia la situación, el mundo de la vida aparece como contexto formador de horizonte de los procesos de entendimiento, que delimita a la situación de acción y, por tanto, permanece inaccesible a la tematización. Con los temas se desplazan también los fragmentos del mundo de la vida relevantes para la situación, para los que surge una necesidad de entendimiento con vista a la actualización de posibilidades de acción. Sólo lo que de este modo puede convertirse en ingrediente de la situación, pertenece a los presupuestos tematizables (a voluntad) de las emisiones comunicativas con las que los participantes en la interacción se entienden sobre algo en el mundo. Bien es verdad que estas presuposiciones dependientes de la situación forman un contexto, pero aún no un contexto suficiente, no bastan a completar el significado literal de expresiones lingüísticamente estandarizadas, de suerte que éstas cobren el significado perfectamente determinado de un texto. Por eso conviene distinguir entre contexto que es la situación, y el contexto que es el mundo de la vida.

Como Searle8 ha mostrado partiendo del último Wittgenstein, el significado de un texto sólo puede aprehenderse sobre el transfondo de una precomprensión que desarrollamos al crecer en nuestra cultura, precomprensión que tiene el status de supuestos de fondo propios de nuestro mundo de la vida. Este saber de fondo, fundamental, que tácitamente ha de completar al conocimiento de las condiciones de aceptabilidad de las emisiones lingüísticamente estandarizadas para que un oyente pueda entender su significado literal, tiene propiedades curiosas. Es un saber implícito, que no puede exponerse en una multiplicidad finita de proposiciones; es un saber holísticamente estructurado, cuyos elementos remiten unos a otros, y es un saber que no está a nuestra disposición en el sentido de que no podemos hacerlo consciente a voluntad ni tampoco podemos ponerlo en duda a voluntad. El mundo de la vida nos es presente en el modo de autoevidencias con las que quienes actúan comunicativamente están intuitivamente familiarizados, de suerte que ni siquiera pueden contar con la posibilidad de que queden problematizadas. El mundo de la vida no es «sabido» en sentido estricto, pues el saber explícito se caracteriza porque puede ponerse en cuestión y puede fundamentarse. Sólo el fragmento de mundo de la vida, relevante en cada caso para la situación, constituye un contexto susceptible de tematizarse a voluntad para las emisiones con las que los agentes comunicativos convierten en tema algo como algo en el mundo.

Pero el mundo de la vida no sólo tiene la función de formar contexto. Ofrece a la vez una provisión de convicciones, a la que los participantes en la comunicación recurren para cubrir con interpretaciones suceptibles de consenso la necesidad de entendimiento surgida en una determinada situación. Como recurso, el mundo de la vida cumple, pues, un papel constitutivo en los procesos de entendimiento. Así, «mundo» y «mundo de la vida» se diferencian no sólo desde el punto de vista de la tematización de objetos, sino también desde el de la restricción de espacios de acción. El mundo de la vida, en la medida en que entra en consideración como recurso de los procesos de interpretación, podemos representárnoslo como acervo lingüísticamente organizado de supuestos de fondo, que se reproduce en forma de tradición cultural. El saber de fondo transmitido culturalmente ocupa frente a las emisiones comunicativas que se generan con su ayuda, una posición en cierto modo transcendental. Provee a que los participantes en la interacción encuentren ya de antemano interpretada, en lo que a contenido se refiere, la conexión entre mundo objetivo, mundo social y mundo subjetivo. Cuando los participantes transcienden el horizonte de una situación dada, no por ello se mueven en el vacío; vuelven a encontrarse de inmediato en otro ámbito, ahora actualizado pero, sin embargo, ya preinterpretado, de lo culturalmente autoevidente. En la práctica comunicativa cotidiana no se dan situaciones absolutamente desconocidas; también las nuevas situaciones emergen de un mundo de la vida que está construido de una provisión de saber ya siempre familiar. Frente al mundo de la vida quienes actúan comunicativamente no pueden adoptar una actitud extramundana, como tampoco pueden hacerlo frente al lenguaje como medio de sus procesos de entendimiento.

Al ejecutar o entender un acto de habla, los participantes en la comunicación se mueven hasta tal punto dentro de su lenguaje, que una emisión actual no pueden ponerla ante sí como «algo intersubjetivo» al modo como pueden hacer experiencia de un suceso como algo objetivo, al modo como una expectativa de comportamiento les sale al paso como algo normativo, o al modo como viven (o atribuyen a otro) un deseo, un sentimiento etc. como algo subjetivo. El medio del entendimiento se mantiene en una peculiar semitranscendencia. Mientras los participantes en la interacción mantengan su actitud realizativa, el lenguaje que actualmente utilizan permanece a sus espaldas. De ahí que cultura y lenguaje no cuenten normalmente como ingredientes de la situación. No restringen en modo alguno el espacio de acción, ni tampoco caen bajo uno de los conceptos formales de mundo con cuya ayuda los participantes se entienden acerca de una situación. No han menester ningún concepto bajo el que pudieran aprehenderse como elementos de una situación de acción.9

Cosa distinta de lo que sucede con las tradiciones culturales, es lo que acaece con las instituciones y las estructuras de la personalidad. Estas pueden, por supuesto, limitar el espacio de iniciativa de los actores, salirles al paso como ingredientes de la situación. De ahí que caigan también como algo normativo o como algo subjetivo, por así decirlo a nativitate, bajo uno de los conceptos formales de mundo. Mas esta circunstancia no debería llevar a suponer que las normas y vivencias (al igual que los hechos o las cosas y sucesos) se presentan exclusivamente como algo acerca de lo que los participantes en la interacción se entienden. Pueden adoptar un doble status —como ingredientes de un mundo social o de un mundo subjetivo, por un lado, y como componentes estructurales del mundo de la vida, por otro. El trasfondo que constituye el mundo de la vida consta de habilidades individuales, del saber intuitivo acerca de cómo arreglárselas en una situación, y de prácticas socialmente sabidas y ejercitadas, es decir, del saber intuitivo acerca de en qué puede uno estribar o en qué puede uno confiar en una situación dada, no menos que de convicciones de fondo trivialmente sabidas. Sociedad y personalidad no sólo operan como restricciones, cumplen también la función de recursos. La aproblematicidad del mundo de la vida, en y desde el que se actúa comunicativamente, se explica por la seguridad que el actor debe a solidaridades acreditadas y a competencias probadas. Incluso cabría decir que el carácter paradójico del saber del que se compone el mundo de la vida, un saber que sólo proporciona el sentimiento de certeza absoluta porque no se sabe de él, se debe a la circunstancia de que el saber acerca de en qué puede uno estribar y acerca de cómo se hace algo, está todavía entrelazado de forma indiferenciada con aquello que prerreflexivamente se sabe. Pero si las solidaridades de los grupos integrados a través de valores y normas, y las competencias de los individuos socializados afluyen a tergo a la acción comunicativa, lo mismo que lo hacen las tradiciones culturales, lo más conveniente es corregir el estrechamiento culturalista del concepto del mundo de la vida.

(c) He introducido el concepto de mundo de la vida como trasfondo de la acción comunicativa. Mientras que al agente que actúa comunicativamente el fragmento del mundo de la vida relevante para la situación se le impone, por así decir, afronte como un problema que tiene que solucionar él, a tergo el agente se ve sostenido por el trasfondo que es su mundo de la vida. El dominio de las situaciones se presenta como un proceso circular en que el actor es a la vez ambas cosas: el iniciador de acciones imputables y el producto de tradiciones culturales en las que está, de grupos solidarios a que pertenece y de procesos de socialización y aprendizaje a los que está sujeto. Si en lugar de la perspectiva del agente adoptamos la del mundo de la vida, podemos transformar nuestra cuestión articulada en términos de teoría de la acción en una cuestión estrictamente sociológica: en la de qué funciones adopta la acción orientada al entendimiento para la reproducción del mundo de la vida. Los participantes en la interacción, al entenderse entre sí sobre una situación, se mueven en una tradición cultural, de la que hacen uso a la vez que la renuevan; los participantes en la interacción, al coordinar sus acciones a través del reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez susceptibles de crítica, se apoyan en pertenencias a grupos sociales y refuerzan simultáneamente la integración de éstos; y el niño, al participar en interacciones con personas de referencia que actúan competentemente, internaliza las orientaciones valorativas de su grupo social y adquiere capacidades generalizadas de acción.

Bajo el aspecto funcional de entendimiento la acción comunicativa sirve a la tradición y a la renovación de saber cultural; bajo el aspecto de coordinación de la acción sirve a la acción social y al establecimiento de solidaridad, bajo el aspecto de socialización, finalmente, la acción comunicativa sirve al desarrollo de identidades personales. Las estructuras simbólicas del mundo de la vida se reproducen por vía de la prosecución de saber válido, de la estabilización de solidaridades grupales y de la formación de actores capaces de responder de sus actos. El proceso de reproducción conecta las nuevas situaciones con los estados existentes del mundo de la vida, y ello tanto en la dimensión semántica de los significados o contenidos (de la tradición cultural), como en las dimensiones del espacio social (de los grupos socialmente integrados) y del tiempo histórico (de las generaciones que se suceden unas a otras). A estos procesos de reproducción cultural, de integración social y de socialización corresponden como componentes estructurales del mundo de la vida la cultura, la sociedad y la persona.

Llamo cultura a la provisión de saber de la que los participantes en la interacción, al entenderse entre si sobre algo en el mundo, se proveen de interpretaciones. Llamo sociedad a los órdenes legítimos, a través de los que los participantes en la interacción regulan su pertenencia a grupos sociales y con ello se aseguran la solidaridad. Por personalidad entiendo las competencias que convierten a un sujeto en capaz de lenguaje y acción, es decir, lo ponen en situación de participar en procesos de entendimiento y afirmar en ellos su propia identidad. El campo semántico de los contenidos simbólicos, el espacio social y el tiempo histórico constituyen las dimensiones en que se extienden las acciones comunicativas. Las interacciones entretejidas hasta formar la red de la práctica comunicativa cotidiana constituyen el medio a través del cual se reproducen la cultura, la sociedad y la persona. Estos procesos de reproducción se refieren a las estructuras simbólicas del mundo de la vida. Y de ello hemos de distinguir el mantenimiento del sustrato material del mundo de la vida.

La reproducción material se efectúa a través del medio que es la actividad teleológica, con la que los individuos socializados intervienen en el mundo para realizar sus fines. Como vio Max Weber, los problemas que el agente tiene que dominar en cada situación se dividen en problemas de «penuria interna» y «penuria externa». A estas categorías de tareas, que resultan desde la perspectiva de la acción, corresponden, si consideramos las cosas desde la perspectiva del mantenimiento del mundo de la vida, los procesos de reproducción simbólica y reproducción material.

(4) He desarrollado intuitivamente los conceptos de acción comunicativa y de mundo de la vida partiendo del contexto de la actual discusión en sociología. Con ello no he hecho más que hacer plausible una cierta precomprensión, que lo más que puede es allanar el camino para un análisis conceptual en términos de pragmática formal, que aquí no puedo llevar a cabo. En lo que sigue voy a referirme a algunos intentos de reconstrucción, que he emprendido en otra parte.

(a) Orientación al éxito versus orientación al entendimiento. Para la delimitación de la acción comunicativa respecto a la estratégica es menester explicar qué significa actuar en actitud orientada al entendimiento. Llamo así a la actitud de participantes en la comunicación, de los que, en los casos elementales, uno ejecuta un acto de habla y el otro toma postura con un «sí» o con un «no». Ahora bien, es claro que no toda interacción lingüísticamente mediada representa un ejemplo de acción orientada al entendimiento. El acto de habla elemental sólo puede servir de modelo de una orientación al entendimiento que por su parte no sea susceptible de ser hecha derivar de una acción orientada al éxito, si el uso del lenguaje orientado al entendimiento representa el modo original de empleo del lenguaje en general, respecto del cual el uso del lenguaje orientado a las consecuencias o el entendimiento indirecto (el dar a entender) se comportan parasitariamente. La tarea consiste, por tanto, en mostrar que no podemos entender qué significa provocar lingüísticamente efectos en el oyente si antes no sabemos qué significa que hablante y oyente puedan llegar a un acuerdo sobre algo con la ayuda de actos comunicativos. Y es precisamente esto lo que una investigación detallada de las fuerzas ilocucionarias y de los efectos perlocucionarios de los actos de habla puede proporcionar. Los actos de habla sólo pueden servir al fin perlocucionario de ejercer una influencia sobre el oyente, si resultan aptos para la consecución de fines ilocucionarios. Si el oyente no entendiera lo que el hablante dice, tampoco un hablante que actuase teleológicamente podría mover al oyente por medio de actos comunicativos a comportarse de la forma deseada. En este sentido el uso del lenguaje orientado a las consecuencias no representa un uso original, sino la subsunción de actos de habla, que sirven a fines ilocucionarios, bajo las condiciones de la acción orientada al éxito.10

(b) Acuerdo racionalmente motivado. El concepto de acción comunicativa-depende por entero de la demostración de que un acuerdo comunicativo, en el caso más simple la toma de postura de un oyente frente a la oferta que representa el acto de habla de un hablante, puede cumplir funciones de coordinación de la acción. Con su «sí» funda el oyente un acuerdo que, por un lado, se refiere al contenido de la emisión y, por otro, a garantías inmanentes al acto de habla y a vínculos que resultan relevantes para la interacción subsiguiente, es decir, relevantes para la secuencia de interacción. El potencial de acción típico del acto de había se expresa en la pretensión que el hablante, en el caso de actos de había explícitos, entabla, con ayuda de un verbo realizativo, en favor de lo que dice. El oyente, al reconocer esa pretensión, acepta la oferta que se le hace con el acto de habla. Este éxito ilocucionario sólo es relevante para la acción en la medida en que con él se establece una relación interpersonal entre ha­blante y oyente, que ordena espacios de acción y secuencias de interac­ción y que a través de alternativas generales de acción abre al oyente posibilidades de conectar con el hablante. La cuestión es de dónde to­man los actos de habla su fuerza de coordinar la acción, cuando esa au­toridad, a diferencia de lo que ocurre en el caso de los actos de habla institucionalmente ligados, no la reciben directamente de la validez so­cial de las normas o, como ocurre en el caso de las manifestaciones im­perativas de voluntad, la deben a un potencial de sanción del que con­tingentemente se dispone.

Analizando las cosas más detalladamente se ve que la fuerza racio­nalmente motivante de la oferta que un acto de habla comporta no re­sulta de la validez de lo dicho, sino de los efectos coordinadores que tiene la garantía que el hablante asume de esforzarse, llegado el caso, por desempeñar la pretensión que con su acto está haciendo valer. En el caso de las pretensiones de verdad y de las pretensiones de rectitud, esta garantía puede desempeñarla el oyente en términos discursivos, es decir, aduciendo razones; y, en el caso de pretensiones de veracidad, puede desempeñarla mediante un comportamiento consistente. (El que alguien piense en realidad lo que dice es algo que sólo puede deci­dirse viendo si es consecuente en su acción, y no pidiendo razones al interesado.) En cuanto el oyente se atiene a esa garantía ofrecida por el hablante, entran en vigor esa clase de vínculos relevantes para la secuencia de interacción, que están contenidos en el significado de lo dicho. En el caso, por ejemplo, de los mandatos y órdenes, las obligaciones de ac­ción se refieren primariamente a los destinatarios, en el caso de las pro­mesas y contratos se refieren simétricamente a ambas partes, en el caso de recomendaciones y advertencias cargadas de contenido normativo, se refieren asimétricamente a ambas partes.

A diferencia de lo que ocurre en los actos de habla regulativos, del significado de los actos de habla constatativos sólo resultan vínculos en la medida en que hablante y oyente se ponen de acuerdo en apoyar su acción en interpretaciones de la situación que no contradigan los enunciados que en cada caso se aceptan como verdaderos. Del signifi­cado de los actos de habla expresivos también se siguen directamente obligaciones de acción porque el hablante especifica con qué no puede estar o caer en contradicción su comportamiento. Merced a la base de validez de la comunicación enderezada al entendimiento, puede, pues, un hablante, al asumir la garantía de desempeñar una pretensión de va­lidez susceptible de crítica, mover a un oyente a aceptar la oferta que comporta su acto de habla y con ello a conseguir un efecto de acopia­miento que asegura contacto para la prosecución de la interacción.

Sin embargo, los efectos ilocucionarios de vínculo sólo pueden conseguir eficacia empírica en un grado socialmente relevante porque las acciones comunicativas están insertas en contextos del mundo de la vida que aseguran un ancho consenso de fondo. (El peso de los riesgos de disentimiento inscritos en la acción comunicativa no sólo depende de la presión que ejercen los problemas dimanantes de los conflictos de intereses que contingentemente puedan hacer eclosión, sino que au­menta estructuralmente con la progresiva racionalización del mundo de la vida, en especial con la reflexivización de las tradiciones cultura­les y con la desvinculación de la acción comunicativa respecto de con­textos normativos.)

(c) Pretensiones de validez y modos de comunicación. El núcleo de la prag­mática formal lo constituye el análisis de los presupuestos pragmático-­universales de los actos de habla. Se trata en primer lugar del papel prag­mático de las pretensiones de validez susceptibles de crítica, que se en­derezan a un reconocimiento intersubjetivo y remiten a un potencial de razones. Hay que mostrar que todo acto de habla puede rechazarse en conjunto, es decir, puede negarse, bajo tres aspectos: bajo el aspecto de la rectitud que por referencia a un contexto normativo el hablante pretende para la acción que proyecta (o indirectamente para esas nor­mas mismas); bajo el aspecto de la verdad que con su emisión el ha­blante pretende para un enunciado (o para las presuposiciones de exis­tencia del contenido proposicional del enunciado nominalizado), y, fi­nalmente, bajo el aspecto de la veracidad que el hablante pretende para la emisión o manifestación de vivencias subjetivas a las que él tiene un acceso privilegiado. En la intención comunicativa del hablante está (a) ejecutar una acción correcta por relación al contexto normativo dado para que pueda establecerse entre él y el oyente una relación interper­sonal reconocida como legítima; (b) hacer un enunciado verdadero (o presuposiciones de existencia pertinentes), para que el oyente pueda aceptar y compartir el saber del hablante; y (c) manifestar verazmente sus opiniones, intenciones, sentimientos, deseos, etc., para que el oyente pueda dar credibilidad a lo dicho.

El análisis de las pretensiones de validez que tienen por meta la comunidad de convicciones normativas, saber proposicional y con­fianza recíproca, suministra, en segundo lugar, la clave para la identifica­ción de las funciones básicas del entendimiento lingüístico. El lenguaje sirve (a) al establecimiento y renovación de relaciones interpersonales en las que el hablante se refiere a algo en el mundo de los órdenes legíti­mos; (b) a la exposición o presuposición de estados y sucesos, con las que el hablante hace referencia a algo en el mundo de los estados de co­sas existentes; y (c) a la manifestación de vivencias, esto es, a la auto­presentación del propio sujeto, en la que el hablante hace referencia a algo en el mundo subjetivo, al que él tiene un acceso privilegiado.

A estas funciones responden, en tercer lugar, los modos básicos de empleo del lenguaje; de estos ha de poder hacerse derivar el ancho es­pectro de fuerzas ilocucionarias acuñadas en cada lengua. Sólo unos cuantos tipos ilocucionarios tienen un carácter tan universal, que re­sultan directamente aptos para caracterizar un modo básico. En este sentido las promesas y mandatos pueden representar al uso regulativo del lenguaje, las constataciones y afirmaciones al uso constatativo, y las confesiones al expresivo. Los tipos puros de uso del lenguaje orientado al entendimiento, sobre todo los casos típicos de empleo de oraciones normativas, oraciones asertóricas y oraciones expresivas, ofrecen, en cuarto lugar, buenos modelos para el análisis de las referencias al mun­do o relaciones con el mundo y de aquellas actitudes básicas que el ha­blante ha de adoptar cuando hace referencia a algo en un mundo. A los conceptos de mundo objetivo, mundo subjetivo y mundo social corres­ponden una actitud objetivante, en la que un observador neutral se ha acerca de algo que tiene lugar en el mundo, una actitud expresiva, en la que un sujeto que hace presentación de sí mismo manifiesta ante un público algo de su interior, a lo que él tiene un acceso privilegiado; y, finalmente, la actitud de conformidad con las normas en la que el miembro de un grupo social cumple o transgrede expectativas legítimas de compor­tamiento.11

(d) Práctica comunicativa cotidiana y mundo de la vida. Finalmente, el análisis practicado en términos de pragmática formal, que parte de ac­tos de habla sumamente idealizados, aislados y elementales, tiene que ser desarrollado hasta un punto en que resulten reconocibles los pun­tos de contacto para una investigación de tramas complejas de acción y de formas de vida comunicativamente estructuradas. Se trata aquí, en primer lugar, del problema fundamental de cómo se relaciona el signifi­cado contextual de un acto de habla con el significado literal de los ele­mentos de la oración y oraciones de que consta. Hay que mostrar que el significado literal depende de complementos suministrados por el contexto que representa la situación y por el trasfondo que representa el mundo de la vida. Pero esta relativización del significado de las ex­presiones lingüísticamente estandarizadas no conduce a una disolución contextualista de constantes semánticas, es decir, a un consecuente re­lativismo del significado; pues las formas de vida particulares no sola­mente ofrecen aires de familia, sino que en ellas se repiten las infraes­tructuras universales del mundo de la vida.12 Para esta fuerte tesis no bastan consideraciones relativas a teoría del significado; es menester, en segando lugar, mostrar que entre los componentes estructurales de los actos de habla elementales, por un lado, y las funciones que los ac­tos de habla pueden cumplir para la reproducción del mundo de la vida, por otro, se dan conexiones internas.

He hecho corresponder los componentes proposicionales, ilocu­cionarios y expresivos, que cabe reconocer en la forma normal de todo acto elemental de habla, a cogniciones o conocimientos, obligaciones y expresiones. Pero si se traen después a colación, desde la perspectiva de una historia evolutiva, y con el fin de establecer una comparación, los correlatos prelingüísticos que nos son conocidos por las investigacio­nes acerca del comportamiento animal, se ve cómo éstos tuvieron que experimentar una mudanza al acceder al plano lingüístico. Las percep­ciones y representaciones, al igual que el comportamiento adaptativo, adoptan una estructura proposicional. Las solidaridades generadas ri­tualmente, las obligaciones frente al colectivo, se escinden en el plano de la acción regulada por normas en reconocimiento intersubjetivo de normas vigentes, por un lado, y en motivos de acción conformes con las normas, por otro. Las expresiones ligadas al cuerpo que surgen de forma espontánea pierden su carácter involuntario cuando son susti­tuidas por emisiones lingüísticas o interpretadas por medio de ellas. Las emisiones o manifestaciones expresivas sirven a intenciones co­municativas, pueden emplearse intencionalmente.

Este asentamiento de las cogniciones, obligaciones y expresiones sobre una base lingüística, puede explicar por qué los medios lingüísti­cos de comunicación cumplen determinadas funciones: aparte de la función de entendimiento, cumplen ahora también la de coordinación de la acción y la de socialización de los actores. Bajo el aspecto de entendimiento los actos comunicativos sirven al suministro de saber culturalmente acumula­do: la tradición cultural se reproduce, como hemos señalado, a través del medio que representa la acción orientada al entendimiento. Bajo el aspecto de coordinación de la acción esos mismos actos comunicativos sirven a un cumplimiento de normas ajustado al contexto de que se trate: también la integración social se cumple a través de ese medio. Bajo el aspecto de socialización, finalmente, los actos comunicativos sirven a la erección de controles internos del comportamiento, y en general a la formación de estructuras de la personalidad: una de las ideas básicas de Mead es que los procesos de socialización se efectúan a través de inte­racciones lingüísticamente mediadas.13

Queda como tercera tarea la de poner en relación la pragmática for­mal con planteamientos empíricos, de suerte que los instrumentos analíticos cobren una flexibilidad suficiente para abordar la compleja práctica cotidiana. Por lo demás, el concepto normativo de acción orientada al entendimiento puede emplearse para una investigación sistemática de niveles lingüísticos de realidad (como el juego, la fic­ción, el chiste, la ironía, etc.) y de patologías del lenguaje.14

(5)Excursos

(a) Los planos de la acción social y de la integración social. Considero la acción comunicativa y la acción estratégica como dos tipos de acción social, que representan una alternativa desde la perspectiva del agente mismo; los participantes en la interacción, aunque sea de forma intui­tiva, tienen que elegir entre una actitud orientada al éxito o una actitud orientada al entendimiento. En cambio, las estructuras de la actividad teleológica y de la comunicación sólo pueden separarse bajo aspectos analíticos. Sin embargo, esas estructuras están diferentemente com­puestas según sea el tipo de acción. En las interacciones estratégicas también los medios comunicativos se emplean en el sentido de un uso del lenguaje orientado por las consecuencias; aquí la formación ­lingüística de consenso no funciona, como en la acción comunicativa, como mecanismo de coordinación de la acción. En la acción comuni­cativa los participantes en la interacción ejecutan sus planes de acción teniendo a la vista un acuerdo comunicativamente alcanzado, mientras que las acciones coordinadas mismas mantienen su carácter de activi­dades teleológicas. La actividad teleológica constituye, por tanto, un componente, así de la acción orientada al entendimiento como de la acción orientada al éxito; en ambos casos las acciones implican inter­venciones en el mundo objetivo. Según sea el fin de la acción pueden éstas incluir también acciones instrumentales, es decir, cambios manipulativos de los objetos físicos. Las acciones instrumentales pueden, por tanto, presentarse como componentes en acciones sociales de am­bos tipos.

En la reproducción material del mundo de la vida, que se efectúa a través del medio de la actividad teleológica, participan tanto acciones estratégicas como acciones comunicativas. En cambio, la reproduc­ción simbólica del mundo de la vida depende sólo de la acción orienta­da al entendimiento. Naturalmente, el mantenimiento del sustrato ma­terial es una condición necesaria para el mantenimiento de las estruc­turas simbólicas de un mundo de la vida. Pero la apropiación de tradi­ciones, la renovación de solidaridades, la socialización de los indivi­duos necesitan de la hermenéutica natural de la comunicación cotidia­na y, por tanto, del medio que representa la formación lingüística de consenso. Una interacción en la que uno trata a otro como objeto de influencias pasa de largo ante esa dimensión de la intersubjetividad ­lingüísticamente generada; en el marco de influencias causales reciprocas, no pueden transmitirse contenidos culturales, integrarse grupos socia­les, ni socializarse ningún sujeto.

Mientras que para la reproducción material del mundo de la vida lo relevante de la acción social es el aspecto de actividad teleológica, para la reproducción simbólica del mundo de la vida lo importante es el aspecto de entendimiento. De ello se sigue la correspondencia pro­puesta entre formas de reproducción y tipos de acción. Una correspon­dencia biunívoca sólo se da entre el mundo de la vida simbólicamente reproducido y la acción comunicativa. Esta imagen se complica algo más cuando no consideramos los plexos de reproducción material des­de la perspectiva interna de los sujetos agentes, que tratan de dominar su situación orientándose a la consecución de un fin, sino que los obje­tualizamos como sistemas. La reproducción material del mundo de la vida, no se reduce, ni siquiera en los casos limites, a dimensiones tan abarcables, que podamos entenderla como resultado pretendido de una cooperación colectiva. Normalmente, se efectúa como cumplimiento de funciones latentes, de funciones que van más allá de las orientacio­nes de acción de los participantes. Ahora bien, en ia medida en que los efectos agregados de las acciones cooperativas cumplen imperativos de mantenimiento del sustrato material, estos plexos de acción pueden es­tabilizarse funcionalmente, es decir, por conexión retroalimentativa mediante acuse de recibo de consecuencias laterales funcionales. Estas funciones latentes de las acciones exigen introduzcamos el concepto de un plexo sistémico de consecuencias de la acción y resultados de la acción, que va más allá del entrelazamiento o concatenación de orientaciones de acción.

Podemos considerar las sociedades bajo los aspectos de mundo de la vida y sistema; bajo cada uno de estos aspectos hemos de contar con diversos mecanismos de integración social. De nuevo, sólo se da una correspondencia univoca entre la acción comunicativa y la integración social. En cambio, los mecanismos de la integración sistémica par­ten de, u operan sobre, los resultados y consecuencias de la actividad teleológica, es decir, sobre los efectos que tanto las acciones comunica­tivas como las acciones estratégicas pueden provocar en el mundo ob­jetivo.

Pero hay una clase de mecanismos sistémicos que no son igual­mente compatibles con ambos tipos de acción: me refiero a medios de control o regulación tales como el dinero y el poder. Estos medios de comunicación deslingüistizados gobiernan un tráfico social ampliamente descolgado de normas y valores y de mecanismos de formación lin­güistica de consenso—sobre todo en esos subsistemas de acción eco­nómica y acción administrativa «racionales con arreglo a fines», que se han autonomizado frente a los contextos del mundo de la vida. Como estos medios de regulación o control fuerzan a pasar de la acción co­municativa a una interacción regida por medios, resulta aquí a su vez una correspondencia unívoca, o a lo menos clara, entre acción estraté­gica, por un lado, y los sistemas de acción diferenciados a través de me­dios, por otro.

(b) Consecuencias filosóficas. La teoría de la acción comunicativa está cortada al talle de las necesidades de la teoría de la sociedad; pero si el programa que he desarrollado en la primera Zwischenbetrachtung15 (Inter­ludio primero) puede realizarse, esta teoría tiene también consecuen­cias para la solución de problemas filosóficos. En primer lugar, esta teoría supone una aportación a la teoría del significado.

Prosiguiendo el planteamiento de la semántica veritativa, la prag­mática formal hace derivar la comprensión de una emisión lingüística­mente estandardizada del conocimiento de las condiciones generales bajo las que un oyente puede aceptar la emisión. Entendemos un acto de ha­bla cuando sabemos que lo hace aceptable. Desde la perspectiva del hablante las condiciones de aceptabilidad son idénticas a las condiciones de su éxito ilocucionario. La aceptabilidad no viene definida en un sentido objetivista desde la perspectiva del observador, sino desde la actitud realizativa del participante en la comunicación. A un acto de habla lo llamaremos «aceptable» si cumple las condiciones que son necesarias para que un oyente pueda tomar postura con un «sí» frente a la preten­sión de validez entablada por el hablante. Estas condiciones no pueden cumplirse unilateralmente, ni relativamente al hablante, ni relativa­mente al oyente; antes se trata de condiciones para el reconocimiento intersubjetivo de una pretensión lingüística que, de forma típica para cada clase de actos de habla, funda un acuerdo, especificado en cuanto a su contenido, acerca de obligaciones relevantes para la interacción que sigue.

La teoría de la acción comunicativa se propone además como tarea investigar la «razón» inscrita en la propia práctica comunicativa coti­diana y reconstruir a partir de la base de validez del habla un concepto no reducido de razón. Si partimos del empleo no comunicativo de saber pro­posicional en acciones orientadas a la consecución de fines, tomamos una predecisión en favor de ese concepto de racionalidad cognitivo­-instrumental, que a través del empirismo ha acuñado con tanta fuerza la autocomprensión de la modernidad. Ese concepto lleva consigo con­notaciones de una autoafirmación acompañada por el éxito, que viene posibilitada por un informado control sobre, y una inteligente adapta­ción a, las condiciones de un entorno contingente. Si, en cambio, par­timos del empleo comunicativo de saber proposicional en actos de ha­bla, tomamos una predecisión en favor de un concepto más amplio de racionalidad que conecta con las viejas ideas acerca del logos. Este con­cepto de racionalidad comunicativa lleva consigo connotaciones que en úl­tima instancia se remontan a la experiencia central de la capacidad de aunar sin coacciones y de fundar consenso que tiene un habla argu­mentativa en la que distintos participantes superan la subjetividad ini­cial de sus concepciones y merced a la comunidad de convicciones ra­cionalmente motivadas se aseguran simultáneamente de la unidad del mundo objetivo y de la intersubjetividad del plexo de vida social en que se mueven. Pero esta contraposición es ya consecuencia de la dispara­tada tentativa de desgajar el momento cognitivo-instrumental de la ra­zón de ese concepto más amplio de razón.

Ciertamente que en el plano de las culturas de expertos las orienta­ciones racionales se han separado hoy hasta tal punto, que la elabora­ción reflexiva de cuestiones de verdad, cuestiones de justicia y cuestio­nes de gusto se atiene a una lógica interna distinta en cada una de esas tres esferas. Pero también en este plano la unidad de la razón viene ase­gurada procedimentalmente, es decir, mediante el procedimiento que representan el desempeño y resolución argumentativos de pretensio­nes de validez. Una teoría de la argumentación planteada en términos de pragmática formal puede, partiendo de los diferentes papeles de las pretensiones de validez en la acción comunicativa, distinguir entre dis­tintas formas de discurso y clarificar las relaciones internas entre esos tipos de discursos.

Finalmente, la teoría de la acción comunicativa hace suyo determi­nados impulsos críticos que desde Humboldt (hasta Austin y Rorty) se han venido produciendo en el seno de la filosofía del lenguaje. La teoría de la acción comunicativa critica la orientación unilateral de la filosofía occidental por el mundo del ente. A este predominio del pensa­miento ontológico corresponde el privilegio de que es objeto el conoci­miento en epistemología y teoría de la ciencia, así como la importancia metodológica que cobra la oración asertórica en la semántica. El estu­dio pragmático-formal de los procesos de entendimiento puede disol­ver estas fijaciones. Contra estas unilateralizaciones ontológicas y cog­nitivistas puede hacer valer esa comprensión descentrada del mundo que entrelaza a limine el mundo objetivo con el mundo social y el mun­do subjetivo y exige una simultánea orientación por las correspondien­tes pretensiones de validez que son la verdad proposicional, la rectitud normativa y la veracidad o la autenticidad.

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Dr. Adolfo Vásquez Rocca | Filosofía UCM

HABERMAS; EL DISCURSO FILOSÓFICO DE LA MODERNIDAD

1 P. Blau, Exchange and Power in Social Life, Nueva York, 1966.

2 R. Dahrendorf, Class and Class Conflict in Industrial Society, Stanford, 1959.

3 J. Habermas, «Bemerkungen zu T. Parsons’ Medientheorien», en W. Schluchter (ed.), Verhalten, Handeln und System, Francfort, 1980.

4 T. Parsons, The Structure of Social Action, Nueva York, 1949; E. Goffman, The Presentation of Self in Everyday Life, Nueva York, 1959; id., Interaction Ritual, Harmmondsworth, 1957.

5 Además Goffman hace un uso equivoco de este modelo de acción. La escala de la autopresentación va desde la comunicación sincera de las propias intenciones, deseos y sentimientos, etc., hasta una cínica manipulación de las impresiones que el actor provoca en los otros. También tal impressions management cae todavía bajo el concepto de acción dramatúrgica mientras esté dirigida a un público que, cándidamente, es decir, sin percatarse de intenciones estratégicas, se imagina estar asistiendo a una representación orientada al entendimiento. En otro caso, se trata de una forma sutil de ejercicio expresivo-simbólico del poder, es decir, de una versión especial de la acción orientada al éxito, de la que puede deducirse (y de ello son buen ejemplo los trabajos de Pierre Bourdieu) un correspondiente concepto de sociedad articulado en términos de teoría del poder.

6 J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, Madrid, 1987; en lo que sigue no voy a señalar como citas las reproducciones literales que hago de conceptos desarrollados en otros trabajos.

7 G. H. von Wright, Explanation and Understanding, Londres, 1971.

8 J. Searle, «Literal Meaning», en Expresion and Meaning., 1979, págs. 117 y ss.

9 Sólo en los raros instantes en que fracasan como recursos desarrollan la cultura y el lenguaje esa peculiar resistencia que experimentamos en las situaciones de entendimiento perturbado. Es entonces cuando se hacen menester los trabajos de reparación de traductores, intérpretes o terapeutas. Pero tampoco éstos, cuando tratan de traer a una interpretación común elementos del mundo de la vida que se han vuelto disfuncionales (emisiones ininteligibles, tradiciones que han perdido su transparencia y, en el caso límite, un lenguaje no descifrado) pueden recurrir a otra cosa que a los tres conocidos conceptos de mundo. A esos elementos del mundo de la vida que han fracasado como recursos tienen que identificarlos como hechos culturales que restringen el espacio de acción.

10 J. Habermas (1981), t. I, págs. 387-397

11 J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, tomo I, págs. 390-420. Todavía no he hecho ningún estudio sobre una lógica pragmática que pudiese explicar la conservación de la validez en el transito regulado de un modo de comunicación a otro. Sobre las transferen­cias intermodales de validez, cf. J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, t. 1, pág. 422, nota 84

12 J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, Madrid, 1987, tomo I, págs. 429 y ss.; tomo II, págs. 193 y ss.

13 J. Habermas, ibid, t. II. págs 91-111.

14 J. Habermas, íbid, t. I, págs. 419-427.

15 J. Habermas, ibíd, t. I, págs. 351 y ss.

HABERMAS TEORÍA DE LA ACCIÓN COMUNICATIVA; INTRODUCCIÓN Ed. Cátedra | Dr. Adolfo Vásquez Rocca

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: FONDECYT 2008 – 2009

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

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FONDECYT FINANCIA INVESTIGACIÓN QUE REPRODUCE IDEAS YA DESARROLLADAS SOBRE SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN | 2009 CORRUPCIÓN EN FONDECYT

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Libro sobre Peter Sloterdijk por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

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¿Quién investiga en Chile la noción sloterdijkiana de globalización (Globalisierung)?

Financiado por el Fondo Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología

El Tema de la globalización como representación Esférica ha venido siendo desarrollado por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca durante los últimos 4 años en el Postgrado de la PUCV.

Ver:

Revista Observaciones Filosóficas – Peter Sloterdijk

Dando lugar a un Libro* publicado en España y a una serie de Conferencias, algunas de las cuales contaron con la concurrencia del “Investigador” H. N. financiado por FONDECYT para viajar a Alemania a “profundizar estas ideas” -lo curioso es que H. N. no ha publicado nada -al menos en un medio indexado nacional o internacional- sobre Sloterdijk. A esto se le puede llamar “chapucería” filosófica y sentido único del oportunismo, avalado por la negligencia de Fondecyt al evaluar los Proyectos que se le presentan.

A ¿Quién correspondía evaluar este Proyecto?

¿Quién lo hizo realmente?

Cualquier Universidad o Centro de Estudios o investigador hispanoamericano, dado que se trata de un fondo otorgado para el desarrollo de Investigadores chilenos, pensaría, como es natural, que tal investigación sería realizada por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca, quien acaba de publicar en España el Libro:

Adolfo Vásquez Rocca, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización , Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1

Primero de una serie que compila las investigaciones, Conferencias y Artículos del Profesor Adolfo Vásquez Rocca y que han aparecido previamente en Revistas Internacionales de Filosofía desde el año 2005 a la fecha, en publicaciones principalmente españolas , y otras tantas de Chile, Argentina y México. Ellos han sido, a su vez, resultado del trabajo investigador y docente desarrollado tanto en el Seminario monográfico sobre Sloterdijk dictado desde hace algunos años en el Programa de Postgrado en Filosofía de una importante Universidad Nacional, como en cursos de Postgrado y Conferencias impartidas como profesor invitado en Universidades de México, entre las que se cuentan la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP y la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.

Entre las entidades españolas que hicieron posible este Libro, celebrado por la Dra. Carla Cordua y el Prof. Dr. Cristóbal Holzapfel, se cuenta en primer término la Institució Alfons el Magnànim que publica la obra en su Colección “Pensamiento y Sociedad”, bajo la dirección editorial de la Dra. Rosa María Rodríguez Magda –impulsora de este Proyecto– así como a la Revista Debats –perteneciente a la misma entidad editora– y que publicó en su oportunidad [/debats/num/94/otoño/2006] el Ensayo central que da título a la presente obra.

Luego no puede dejar de mencionarse a la Universidad Complutense de Madrid y al programa de Doctorado del Departamento de Filosofía IV, donde el Profesor Vásquez Rocca desarrolló las líneas de investigación en torno al pensamiento de Sloterdijk que han dado lugar a buena parte de los Artículos publicados en este Libro. Investigaciones que han contado con el valioso respaldo del grupo Theoria –Proyecto Crítico de Ciencias Sociales UCM– bajo la persona de su Director el Profesor Dr. Román Reyes quien ha alentado y propiciado la publicación de los avances en sucesivas entregas de la Revista Nómadas –también bajo su Dirección– de los últimos Artículos que componen el Libro que ha presentado en versión ampliada, crítica y anotada. Y que FONDECYT ha ignorado, financiando en su lugar la Investigación de un profesor -aparecido en el círculo sloterdiijkiano- cuya investigación se centra en Sartre y temas americanistas. De modo que es en todo sentido un despropósito que sea H- N. quien hoy reciba el Financiamiento de Fondecyt para realizar esta investigación de varios años y con estadía en Alemania. Un escándalo !

Resumen del proyecto de investigación previsto para los años 2008-2011, financiado por el Fondo Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología, # (1085080)

Hernan Neira -nacido en Lima Perú- (investigador responsable, Universidad X de Santiago)

Durante el último cuarto de siglo, en el mundo del americanismo, se ha producido un desplazamiento creciente que va desde la ciencia histórica hacia la epistemología, en el sentido de “desrealizar” el continente.

El presente proyecto parte de ese hecho y de los resultados de algunas investigaciones previas ejecutadas por el equipo: La moral en Sartre (Fondecyt 1855050), donde analizamos el conjunto de la teoría moral de Sartre ???; La defensa de los indios y la idea dieciochesca de derechos humanos??? (Fondecyt 195095), donde reflexionamos sobe la teoría unversalista de los derechos humanos en el contexto de América; Persistencia de El Dorado en el siglo XX (Fondecyt 1050300), en el que se reflexiona sobre el significado filosófico de la representación estética de un hecho histórico (el intento de conquista de El Dorado, en 1561).

En el marco de la “desrealización” del continente americano, en el presente proyecto ?’?? analizamos la concepción de Sloterdijk??? sobre la globalización??? ¿Quién aprobó esto? Con Viajes a Alemania??? incluidosDebe recordarse que FONDECYT es dinero público.

Ver:

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

El espejo del olvido: la idea de América en las Memorias de Juan Bautista Tupac Amaru – Hernan Neira-

La moral en Sartre (Fondecyt 1855050)

América; Persistencia de El Dorado en el siglo XX (Fondecyt 1050300)

*Tal vez el Tercero pueda tener alguna relación remota si se sobre-explota el capítulo VIII de Esferas II, cuestión sobre la que Vásquez Rocca presento un acabado estudio a Fondecyt y que hoy será publicado por una importante editorial europea y que aquí no se reproduce por razones obvias.

FONDECYT:

Responsable

Directora Fondecyt

María Elena Boisier Pons es Antropóloga de la Universidad de Chile, Magíster en Administración de Empresas, MBA de la Pontificia Universidad Católica. En su último cargo se desempeñó como Subdirectora del Programa Iniciativa Científica MILENIO perteneciente al Ministerio de Planificación Nacional (MIDEPLAN).

Fondecyt obtiene menos fondos y financia menos proyectos

Ayer, la presidenta de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), Vivian Heyl, entregó junto a la ministra de Educación, Mónica Jiménez, los nombres de los 405 nuevos proyectos que tendrán dineros de Fondecyt, el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico. Éstas son las platas que nutren a la investigación básica y aplicada en Chile…

Por su parte:

Adolfo Vásquez Rocca – Dialnet

Sloterdijk, Peter, En el mundo interior del capital. Madrid: Siruela, 2007.

Sloterdijk, Peter, Esferas II, Madrid: Siruela

Peter Sloterdijk en torno a la(s) globalización(es) y las nuevas formas de configuración de los espacios telecomunicativos.

Fuente

Directorio de recursos digitales – Ministerio de Cultura, España

http://roai.mcu.es/es/consulta/busqueda_referencia.cmd?campo=idautor&idValor=3440

SLOTERDIJK: FILOSOFÍA Y MUNDO SINCRÓNICO; POST-HUMANISMO, GLOBALIZACIÓN

L. Vásquez Rocca

PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, FLUJOS, SISTEMAS METAFÍSICOS DE INMUNIDAD [GLOBALIZACIÓN]

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN”: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008

Peter Sloterdijk Globalización « ZOOLOGÍA POLÍTICA


  1. [PDF]

    Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de Climatización.

    Formato de archivo: PDF/Adobe Acrobat – Versión en HTML
    más excéntricos y sugerentes hasta nuestros días para ocuparse de cuestiones tan inmediatas como la globalización. Sloterdijk hace estallar la herencia de
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    de AV Rocca2006Las 4 versiones

Adolfo Vásquez Rocca

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LIBROS

VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo

Libro: Peter Sloterdijk- Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1

Otros.

Asignaturas y Seminarios de Postgrado impartidos por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

2005 – 2º Seminario “Rorty: ironismo liberal y giro narrativo de la Filosofía”.

2006 1º Seminario Sloterdijk: “Crítica de la Razón Cínica”

2006 2º Seminario “Nietzsche; Genealogía de la moral y voluntad de ficción”

2007 1º Seminario Sloterdijk – Nietzsche

2007 2º Seminario: Sloterdijk un pensador estético

2008 1º Seminario “Peter Sloterdijk – W. Benjamín; De la Filosofía a la Arquitectura

2008 2º Seminario “Sloterdijk y Baudrillard; Actio in Distans y antropotécnica de las comunicaciones”

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* Una Introducción a propósito del lanzamiento de dos Libros sobre Peter Sloterdijk :

  • Carla Cordua, Sloterdijk y Heidegger; La recepción filosófica, Ediciones UDP, Santiago, 2008.


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© De esta edición: Institució Alfons el Magnànim.
Diputación de Valencia, 2007
Director: Ricard Bellveser
Colección dirigida por Rosa Ma. Rodríguez Magda
Diseño de la cubierta: Quinto A. Estudio Gráfico

221 páginas

I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1
Depósito legal: V-2888-2008
Imprime: Imprenta de Valencia

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DISPONIBLE
Este título puede adquirirse en la distribuidora ADONAY info@adonay.com
Tel. 902 154 643 Fax: 962 521 739
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PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

I Parte*

Si hay algún filósofo atípico en la lista de pensadores más influyentes del siglo XXI este es sin duda el alemán Peter Sloterdijk. Profundo conocedor de la más sólida tradición cultural y filosófica de su país –estudió Filosofía, Germanística e Historia en las universidades de Múnich y Hamburgo– y no en vano se formó bajo el influjo de lo que se ha dado en llamar la segunda generación de la Escuela de Frankfurt. En Sloterdijk concurren también otras tradiciones e influencias: La poética del espacio de Bachelard, Musil, Canetti, Hermann Broch y Spengler. También en Sloterdijk se deja ver el influjo de Nietzsche, particularmente en sus referencias a la crisis del Humanismo que luego con Heidegger asumiría otro designio hermenéutico.

Es así como obras de distinto carácter han ido delineando la propia propuesta filosófica de Sloterdijk: desde los escritos bélicos de Jünger hasta el taoísmo y la mística. Esta apertura se hace también extensible a la orientación interdisciplinaria de los textos de Sloterdijk; ellos incorporan ideas, conceptos e intereses procedentes de áreas tan diversas como la antropología, el arte conceptual, la música concreta, la arquitectura, la estrategia militar, el pop, el psicoanálisis, la mitología, la patrística, la mística, la psicología analítica, la biología, la medicina magnetopática o la literatura. Su pasión por la literatura no se limita a convertirla en un objeto de atención filosófica, sino que también la cultiva en los bellos ejercicios estilísticos de su privilegiada pluma. Sloterdijk escribe con una una calidad literaria no vista en Alemania desde los tiempos de Nietzsche, cuestión que en lugar de consagrarlo, paradojalmente, lo ha convertido en un autor bajo sospecha, lo que no resulta extraño en el veleidoso reducto de la filosofía académica. Más aún cuando Sloterdijk es también conductor –junto a Rüdiger Safranski– de un programa de televisión en la cadena pública alemana –ZDF-: “El Cuarteto Filosófico” [Das Philosophische Quartett] –que tomó el nombre del célebre “Cuarteto literario” de Marcel Reich Ranicki– donde tienen lugar debates y análisis político-culturales de actualidad desde una óptica filosófica y estética. El Programa se emite –cada dos meses– el domingo en directo, en horario estelar, con una duración de una hora y se graba en un estudio instalado en la fábrica de cristal que posee el consorcio automovilístico Volkswagen en Dresde. Como si esto no fuera suficiente para dotarlo de cierta heterodoxia, el año recién pasado fue designado miembro de la Academia de las Artes de Berlín junto a otros seis artistas e intelectuales.

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Peter Sloterdijk

Peter Sloterdijk rector de una universidad especializada en nuevos medios y diseño –la Hochschule für Gestaltung– en Karlsruhe al suroeste de Alemania, cerca de la frontera francesa, ha sido recientemente candidato al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Sloterdijk, célebre por su ya legendaria Crítica de la razón cínica (1983), obra que –según Safranski– “cuenta cómo, tras desenmascaramientos e ilustraciones, la conciencia moderna tomó conciencia de sí y cómo ahora, con correcta conciencia, obra sin embargo incorrectamente”. La recuperación del ideario cínico tiene lugar con el descrédito de las utopías, en la trastienda de la posmodernidad, en el desencanto estético-político ante las sociedades neoliberales. Crítica de la razón cínica puede leerse también como una puesta al día de la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. Sloterdijk suscribe los honestos ideales del cinismo antiguo como una manera de combatir precisamente al cinismo moderno, puesto que desde su punto de vista la teoría critica habría fracasado en su intento por rectificar el rumbo catastrófico en el que la “dialéctica de la ilustración” se había precipitado durante el siglo XX. No se trata –pues– ya del nihilismo en ascenso, ni la metamorfosis de la razón en nuevo mito ni, mucho menos, del dominio de la razón instrumental lo que Sloterdijk describe y denuncia, sino el cinismo difuso de nuestras sociedades exhaustas. Ese “nuevo cinismo” que se despliega como una negatividad madura que apenas proporciona un poco de ironía y compasión, pero que finalmente desemboca en la desesperanza. Un cinismo que Sloterdijk define como “falsa conciencia ilustrada”: la de quienes se dan cuenta de que todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada, la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho.

Pese a todo en Crítica de la razón cínica Sloterdijk presenta un discurso ético comprometido, libre de las falacias y espejismos del humanismo “edificante”, de la antropología filosófica asentada sobre la herencia de la ilustración y la creencia en el progreso. Sloterdijk proclama así el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad de la fatiga nihilista, a la vez que abre una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las nuevas tecnologías, incluida la genética, ensayando –además– una teoría de la intimidad, del espacio interior, así como del exterior más abarcante, para explicar su concepción general del mundo y de la historia.

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Peter Sloterdijk

Filósofo complejo como pocos, crítico, polémico, pero sobretodo “hiperbólico”, Sloterdijk de una gran cultura filosófica, bella retórica –consciente de su afinidad con la música y la arquitectura– y un estilo provocador, enfrenta los problemas de su tiempo con las armas de un fenomenólogo agudo, atento y perspicaz, que desea escribir una “ontología de nosotros mismos”.

Ya en ese brillante Ensayo que es Extrañamiento del Mundo (1993) de una alcance teórico difícil de dimensionar se encuentran en marcha las ideas matrices de su Trilogía Esferas (1998 – 2004), allí se pueden apreciar en su génesis, entretejiéndose, en toda su belleza y lirismo. Extrañamiento del mundo es sin duda la mejor obra de Sloterdijk. Por ello no sería casual que obtuviera el Premio Ernst Robert Curtius 1993. Sloterdijk esboza allí con expresiva visualidad poética las ideas que luego desarrollará bajo la temeraria forma del Gran Relato. Sloterdijk no le teme a los Grandes Relatos ni al cristiano, ni al liberal-progresista, ni al hegeliano, ni al marxista, ni siquiera al fascista, Sloterdijk es un maestro para reconstruir las historias en sus entresijos técnicos, auscultando el detalle para desde allí proyectar un diagnostico epocal con el afán provocador que le caracteriza.

En Esferas a su vez –su opus magnum Sloterdijk lleva a cabo una reconstrucción de las etapas de nuestra historia como habitantes de esferas, el tránsito desde el pliegue o clausura de la que el ser humano surge al estallido del espacio donde se ve psicológicamente expuesto y vulnerable. Así Sloterdijk transita del espacio más íntimo al más extenso y abarcante, donde se patentiza un extraño impulso a lo inmenso e inquietante.

Esta filosofía que se ubica bajo la imagen de la esfera y que da pábulo a todo tipo de asociaciones en torno a burbujas de aire, pompas de jabón y a fenómenos inanes, inestables, casi privados de objetividad, se sitúa ya de un modo consciente en una zona marginal del espacio acotado en términos académicos y culturales, jugando con la fantasía de aligerar el centro desde la periferia:

Una pompa de jabón es una película muy fina de jabón y agua que encierra a una esfera hueca y exhibe una superficie iridiscente. Normalmente las pompas de jabón duran solo unos segundos y luego estallan por sí solas o por contacto con otro objeto. A menudo se usan como objeto de juego para los niños, pero su uso en espectáculos artísticos demuestra que también pueden ser fascinantes para los adultos. Las pompas de jabón pueden ayudar a resolver problemas matemáticos complejos sobre el espacio, ya que siempre buscan la menor área de superficie entre puntos o aristas.

La teoría de las esferas es así un instrumento morfológico que permite reconstruir el éxodo del ser humano de la simbiosis primitiva al tráfico histórico-universal en imperios y sistemas globales como una historia coherente de extraversiones; ella reconstruye el fenómeno de la gran cultura como la novela de la transferencia de esferas desde el mínimo íntimo, el de la burbuja dual, hasta el máximo imperial, que había que representar como cosmos monádico redondo. Si la exclusividad de la burbuja es un motivo lírico, el de la inclusividad del globo es uno épico.

Su imaginario se nutre de metáforas épicas, propias del aliento de los grandes relatos. Sus imágenes son tributarias al imaginario de la navegación y al de la bóveda celeste, perfectamente esférica, visión de un mundo ordenado y armónico que Aristóteles trasmitió a la Edad Media. Los ciudadanos de la época moderna tuvieron luego que acomodarse a una nueva situación en la que, con la ilusión de la posición central de su patria en el universo, desapareció también la imagen consoladora de que la tierra estaba envuelta por bóvedas esféricas a modo de cálidos abrigos celestes. Desde entonces, los seres humanos de la época moderna tuvieron que aprender a arreglárselas para existir a la intemperie, expuestos al nuevo aliento frío de fuera. El ser humano descascarado desarrolla su psicosis epocal respondiendo al enfriamiento exterior con el desarrollo de curiosas políticas de climatización. Al análisis de la conexión entre las crisis vitales y los intentos fracasados de conformar espacios habitables; así como a las catástrofes que acontecen cuando una esfera estalla, como sucedió –precisamente– con el giro copernicano, es a lo que se avocará de modo principal este Libro.

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Peter Sloterdijk por Adolfo Vasquez Rocca

Desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con “la clausura en la madre”, todos los espacios de vida humanos no son sino reminiscencias de esa caverna original siempre añorada de la primera esfera humana. Sloterdijk comienza así su relato desde la primera esfera en que estamos inmersos, con la “clausura de la madre”. Pertenece al drama de la vida el que siempre haya que abandonar espacios animados, en los que uno esta inmerso y seguro, sin saber si se va a encontrar en los nuevos un recambio habitable. El primer traslado, exilio o extrañamiento, el primer acto del drama, pues, sucede con el nacimiento. ¿Dónde venimos cuando venimos “al mundo”?, pregunta Sloterdijk. El modo de afrontar el mundo fuera del seno materno viene determinado de manera difícilmente analizable por los restos de memoria prenatales. Todos hemos habitado en el seno materno un continente desaparecido, una “íntima Atlántida” que se sumergió con el nacimiento, no en el espacio, desde luego, sino en el tiempo, por eso se necesita una arqueología de los niveles emocionales profundos.

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Seminario Peter Sloterdijk Dr. Adolfo Vasquez Rocca

Así en la filosofía de Sloterdijk se pueden encontrar una multiplicidad de escenificaciones y actores que representan el drama indistinto de naturaleza y cultura; en la historia de los procesos antropotécnicos Sloterdijk introduce en sus relatos todo aquello con lo que el hombre convive cotidianamente, a saber: signos, señales, símbolos, máquinas, herramientas, animales, plantas, virus, bacterias, textos, obras de arte, museos, prótesis, intervenciones quirúrgicas, fármacos; a lo que se debe sumar la irrupción de los artefactos tecnológicos en las nueva configuración de la vida humana. La historia de esta cohabitación con elementos cuyo estatuto ontológico no ha sido suficientemente aclarado es el desafío de la filosofía de Sloterdijk. Bajo esta perspectiva, el mismo estatuto ontológico del hombre no está claro; en este sentido, Sloterdijk entiende al hombre como una deriva biotecnológica asubjetiva que vive hoy un momento decisivo en términos de política de la especie. De allí la crisis del humanismo y el reclamo por parte de Sloterdijk de una nueva constitución ontológica que tenga en cuenta a los otros seres humanos, a los animales y las máquinas, esto suscitará ásperas controversias que serán abordadas en la presente obra. Baste sólo mencionar la polémica con Habermas, disputa semi-velada en torno a las posibilidades tecnológico-genéticas de mejora del ser humano. Este debate no ha sido sino la secularización posmetafísica del viejo problema del Humanismo, a saber el de la domesticación del ser humano.

El campo de resonancia del pensamiento de Sloterdijk, como se ve, es extremadamente amplio y complejo, sin embargo su modo de abordar los problemas de nuestra época crítica es lúcido y original, erudito a la vez que inventivo, lo que lo ha convertido en un autor imprescindible para entender nuestro tiempo, esto pese a que la administración de la cultura no sepa aún muy bien dónde clasificarlo.

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Adolfo Vásquez Rocca

Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la ‘Fundación Hombre y Mundo’ y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la ‘Fundación Ética Mundial’ de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Director de Revista Observaciones Filosóficas . Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.

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Peter Sloterdijk


PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

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PRÓLOGO

Los Artículos que aquí se presentan por primera vez bajo la forma de libro han aparecido previamente en Revistas Internacionales de Filosofía, principalmente españolas, y otras tantas de Chile, Argentina y México. Ellos han sido, a su vez, resultado del trabajo investigador y docente desarrollado tanto en el Seminario monográfico sobre Sloterdijk dictado desde hace algunos años en el Programa de Postgrado en Filosofía de la PUCV, como en cursos de Postgrado y Conferencias impartidas como profesor invitado en Universidades de México, entre las que se cuentan la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP y la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Con justicia, cabe señalar la importancia de las traducciones al español de la trilogía Esferas, llevada a cabo por Isidoro Reguera, bajo el alero de la editorial Siruela de Madrid.

Entre las entidades españolas a las que cabe agradecer por hacer posible este Libro se cuenta en primer término la Institució Alfons el Magnànim que publica la obra en su Colección “Pensamiento y Sociedad”, bajo la dirección editorial de la Dra. Rosa María Rodríguez Magda –impulsora de este Proyecto– así como a la Revista Debats –perteneciente a la misma entidad editora– y que publicó en su oportunidad [/debats/num/94/otoño/2006] el Ensayo central que da título a la presente obra.

Luego no puedo dejar de mencionar a la Universidad Complutense de Madrid y al programa de Doctorado del Departamento de Filosofía IV, donde desarrollé las líneas de investigación en torno a la Estética contemporánea que han dado lugar a buena parte de los Artículos publicados en este Libro. Investigaciones que han contado con el valioso respaldo del grupo Theoria –Proyecto Crítico de Ciencias Sociales UCM– bajo la persona de su Director el Profesor Dr. Román Reyes quien ha alentado y propiciado la publicación de los avances en sucesivas entregas de la Revista Nómadas –también bajo su Dirección– de los últimos Artículos que componen el estudio que aquí presento en versión ampliada, crítica y anotada.

Adolfo Vásquez Rocca

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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: normas y disturbios en el parque humano o la crisis del humanismo como utopía y escuela de domesticación”, En UNIVERSITAS © Revista de Filosofía, Derecho y Política, Nº 8, julio de 2008, pp. 105-119. UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID.
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Artículo “Peter Sloterjijk, la escucha de sí y el olvido del Ser desde todos los altavoces”. En AdVersuS: REVISTA DE SEMIÓTICA, Nº 5, 2006 – INSTITUTO ÍTALO-ARGENTINO DI RICERCA SOCIALE
http://www.adversus.org/indice/nro5/articulos/articulo_vasquez_roccae.htm

Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk; Experimentos sonoros y ontogenesis de los espacios humanos ”, en EIKASIA. Revista de Filosofía, Oviedo, España, año II, Nº 10 (mayo 2007) pp. 1-11. http://www.revistadefilosofia.com/10-1.pdf

VASQUEZ ROCCA, Adolfo, “Heidegger y Sloterdijk; la política como plástica del Ser, nacionalsocialismo privado y crítica del imaginario filoagrario“, En KONVERGENCIAS – Filosofía y Cultura en diálogo – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Buenos Aires, Argentina, Nº 19, Diciembre 2008, pp. 135 – 145. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca202.pdf

Artículo “Peter Sloterdijk; el hombre como experimento sonoro y metafísico animal de la ausencia“, PHILOSOPHICA, Instituto de Filosofía PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO, Nº 31, Sem. I, 2007, ISSN 076 – 1913, pp. 89-105.

Artículo “Sloterdijk; Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“ En A PARTE REI, Nº 53, Sociedad de Estudios Filosóficos, MADRID, 2007.http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/vasquez53.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo,Música y Filosofía; Registros Polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk“, En ENCUENTROS MULTIDISCIPLINARES,Vol. 8, Nº 24, 2006, Fundación General de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID, pp. 61-69.

Artículo “Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización“, Adolfo Vásquez Rocca, En Revista DEBATS Nº 94 -2006 – Revista editada por la Institució Alfons el Magnànim, Valencia, España.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana” En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | En Prensa
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf



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Artículo “Sloterdijk; Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“ En A PARTE REI, Nº 53, Sociedad de Estudios Filosóficos, MADRID, 2007.
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Artículo “Peter Sloterdijk: ‘Extrañamiento del mundo’. Abstinencia, drogas y ritual” En Gazeta de Antropología, Nº 22, 2006
Texto 22-12. | UNIVERSIDAD DE GRANADA, ESPAÑA, UE. ISSN 0214-7564
y Cuaderno de Materiales, Nº22 Enero 2006, publicación oficial de la UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, indexada en el registro internacional de publicaciones seriadas con el número de ISSN: 1138-7734
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Artículo “Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos” En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 – 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228

Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Sloterdijk; Depauperación del Nihilismo, Posthumanismo y Complejidad Extrahumana“, En KONVERGENCIAS, Filosofía y Culturas en Diálogo ©, Nº 18, 2008, ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
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Vásquez Rocca, Adolfo,Música y Filosofía contemporánea; Registros polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk“, En SINFONÍA VIRTUAL, Nº 6, 2008, Revista Trimestral de Revista de Música Clásica y reflexión musical, España, ISSN 1886-9505.
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Artículo “Peter Sloterdijk: la música de las Esferas y el olvido del ser desde todos los altavoces” En Revista CuadrantePhi, Publicación de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá – Colombia, Nº15 junio a diciembre de 2007.


Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Normas y Disturbios en el Parque Humano o la crisis del Humanismo como utopía y escuela de domesticación“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, Nº 19 – 2008 (I), pp. 293-308, http://www.ucm.es/info/nomadas/19/avrocca.pdf
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ISBN : 9788478225231
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Título : Peter Sloterdijk : esferas, helada cósmica y políticas de climatización /
Adolfo Vásquez Rocca.
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Datos de Publicación: Valencia : Instituto Alfons el Magnàn im , 2008.Otras Bibliotecas
Descripción Física : 221 p.
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Serie : Novatores ; 28Notas : Bibliografía : p. 219-221.
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Materia : Sloterdijk, Peter, 1947- categ o rías:
Filosofía occidental moderna
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U.CHILE Filosofía y Humanidades
193.09 S634V 1 Libro
General
PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN
Adolfo Vásquez Rocca
Año 2008 – 221 páginas
ISBN: 978-84-7822-523-1
Precio: 10€

Artículo “Peter Sloterjijk, la escucha de sí y el olvido del Ser desde todos los altavoces”.
En AdVersuS: REVISTA DE SEMIÓTICA, Nº 5, 2006 – INSTITUTO ÍTALO-ARGENTINO DI RICERCA SOCIALE
http://www.adversus.org/indice/nro5/articulos/articulo_vasquez_roccae.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: ‘Extrañamiento del mundo’. Abstinencia, drogas y ritual” En Gazeta de Antropología, Nº 22, 2006
Texto 22-12. | UNIVERSIDAD DE GRANADA, ESPAÑA, UE. ISSN 0214-7564
y Cuaderno de Materiales, Nº22 Enero 2006, publicación oficial de la UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, indexada en el registro internacional de publicaciones seriadas con el número de ISSN: 1138-7734
http://www.filosofia.net/materiales/num/num22/Sloterdijk.htm
Artículo “Música y Filosofía: registros polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk”,
Revista ENCUENTROS MULTIDISCIPLINARES, Vol. 8, Nº 24, 2006, Fundación General de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID, pp. 61-69.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: El detonante iconográfico y operístico de la política de masas“, La Lámpara de Diógenes: Revista de Filosofía. Número doble, Año 7, Números 12 y 13, Vol. 7, [enero-junio 2006 / julio-diciembre 2006] pp. 169-182. | ISSN 1665-1448. (bi-annual) Seccion D, No. 16, Col. Unidad Gudalupe, Puebla, PUE. CP 72560, México | Revista registrada en PHILOSOPHER’S INDEX | ; website: http://www.ldiogenes.buap.mx/
http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/12/169.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk, Extrañamiento del mundo. Abstinencia,drogas y ritual“, en BABEL Revista de la Escuela de Psicología de la Universidad Bolivariana, Nº 5, 2007, pp. 98 – 105 ISSN 0718-0187.
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Artículo “Peter Sloterdijk; el hombre como experimento sonoro y metafísico animal de la ausencia“, PHILOSOPHICA, Instituto de Filosofía PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO, Nº 31, Sem. I, 2007, ISSN 076 – 1913, pp. 89-105.
Artículo “Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos” En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 – 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228

Vásquez Rocca, Adolfo,Sloterdijk; espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, La Lámpara de Diógenes: Revista de Filosofía. Número doble, Año 8, Números 14 y 15, Vol. 8, pp. 179—188. Enero – junio 2007 / Julio – diciembre 2007 | ISSN 1665-1448. (bi-annual) Seccion D, No. 16, Col. Unidad Gudalupe, Puebla, PUE. CP 72560, México; Revista registrada en PHILOSOPHER’S INDEX | website: http://www.ldiogenes.buap.mx/
http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/14/179.pdf

2008

Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009


Vásquez Rocca, Adolfo, “Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 – enero – febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/599
“Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana”
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México.

Artículo, “Música y Filosofía contemporánea; Registros polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk“, En SINFONÍA VIRTUAL, Nº 6, 2008, Revista Trimestral de Revista de Música Clásica y reflexión musical, España, ISSN 1886-9505.
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Artículo, “Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana” En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1 pp. 145-149
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Artículo “Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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Artículo “Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168
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Artículo “Sloterdijk; Entre rostros, Esferas y Espacio interfacial. Ensayo de una historia natural de la afabilidad”, En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 17 – 2008, ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 221-235
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Vásquez Rocca, Adolfo, Rostros y espacio interfacial; hacia una teoría del retrato en Sloterdijk” En ENFOCARTE Nº 33 – 2008, Publicación Patrocinada por la Secretaría de Cultura Gobierno de Buenos Aires. http://www.enfocarte.com/7.33/rocca.html

Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168
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Vásquez Rocca, Adolfo, Modernidad líquida y fragilidad humana; de Zygmunt Bauman a Sloterdijk” En Almiar MARGEN CERO, Revista Fundadora de la Asociación de revistas digitales de España – año VI – Nº 38 – 2008.
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Vásquez Rocca, Adolfo, El Palacio de Cristal: Sloterdijk y Walter Benjamin; De los ‘pasajes’ a los invernaderos de la posmodernidad“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 104 – mayo, 2008
http://revista.escaner.cl/node/742

Vásquez Rocca, Adolfo,Individualismo, modernidad líquida y terrorismo hipermoderno; de Bauman a Sloterdijk“, En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Dialogo, Nº 17, 2008 – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, pp, 122 – 130
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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: normas y disturbios en el parque humano o la crisis del humanismo como utopía y escuela de domesticación”, En UNIVERSITAS © Revista de Filosofía, Derecho y Política, Nº 8, julio de 2008, pp. 105-119. UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID.
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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, Nº 18 2008, pp. 315 322.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk; Metoikesis, revolución anacoreta y cinética profunda del alma”, En Revista Observaciones Filosóficas ©, Asociada al Postgrado en Filosofía – PUCV y a THEORIA Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado UCM. Nº 7, 2008, http://www.observacionesfilosoficas.net/petersloterdijkrevolucionanacoreta.htm Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados“, En Psikeba © Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 8, 2008.
http://www.psikeba.com.ar/articulos2/AVR_Sloterdijk_Benjamin_El_Palacio_de_Cristal.htm


Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Sloterdijk; Depauperación del Nihilismo, Posthumanismo y Complejidad Extrahumana“, En KONVERGENCIAS, Filosofía y Culturas en Diálogo ©, Nº 18, 2008, ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
http://www.konvergencias.net/vasquezrocca188.pdfVásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Normas y Disturbios en el Parque Humano o la crisis del Humanismo como utopía y escuela de domesticación“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, Nº 19 – 2008 (I), pp. 293-308, http://www.ucm.es/info/nomadas/19/avrocca.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Una Introducción a Esferas, la trilogía de Peter Sloterdijk“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 109 – octubre, 2008
http://revista.escaner.cl/node/1022




Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados“, En PSIKEBA © –Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales– ISSN 1850-339X, Buenos Aires, Nº 8 Segundo Cuatrimestre de 2008, http://www.psikeba.com.ar/articulos2/AVR_Sloterdijk_Benjamin_El_Palacio_de_Cristal.htm Vásquez Rocca, Adolfo, De cómo Nueva York robó la idea de Arte moderno“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 111 – Diciembre 2008. http://www.revista.escaner.cl/node/1105

Vásquez Rocca, Adolfo, “De la Filosofía a La literatura; entre los mundos del texto y los viajes de la trama“, En KONVERGENCIAS Literatura, Nº 9, Diciembre 2008, pp. 80 – 87, Buenos Aires, Argentina. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca123.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo, “Heidegger y Sloterdijk; la política como plástica del Ser, nacionalsocialismo privado y crítica del imaginario filoagrario“, En KONVERGENCIAS – Filosofía y Cultura en diálogo – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Buenos Aires, Argentina, Nº 19, Diciembre 2008, pp. 135 – 145. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca202.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Una introducción a Esferas de Peter Sloterdijk”, En ENFOCARTE.com © 2008 – Revista Internacional de Arte y cultura, Septiembre, 2008.

http://red.enfocarte.com/articulo_detalle.php?idarticulo=482&idcategoria=21





Vásquez Rocca, Adolfo, “Heidegger y Sloterdijk; la política como plástica del Ser, nacionalsocialismo privado y crítica del imaginario filoagrario“, En KONVERGENCIAS – Filosofía y Cultura en diálogo – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Buenos Aires, Argentina, Nº 19, Diciembre 2008, pp. 135 – 145. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca202.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo, ”SLOTERDIJK: Mystische, Antropotecnias y la matriz onto-psicológica del humano potencial de traslado“, SÍNCRONÍA, ISSN 1562-384X, Edición | Invierno 2008 – Verano 2009 | , A Journal for the Humanities and Social Sciences, Department of Literature, UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, México. Este Artículo es parte del Proyecto de Investigación “Ontología de las distancias en Sloterdijk, hacia una teoría antropotécnica de las comunicaciones”, DI-10-09/JM, 2009 – financiado por la Dirección de Investigación de la Universidad Andrés Bello –UNAB.
http://sincronia.cucsh.udg.mx/vasquezroccawinter08.htm

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PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

Título disponible. Puede adquirirse o solicitar envío en la distribuidora ADONAY info@adonay.com
Tel. 902 154 643 Fax: 962 521 739 Valencia.

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| E-mail: adolfovrocca@gmail.com

“SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN”: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

“SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN”: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

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Libro sobre Peter Sloterdijk por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

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¿Quién investiga en Chile la noción sloterdijkiana de globalización (Globalisierung)?

Financiado por el Fondo Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología

Sloterdijk, Peter, En el mundo interior del capital. Madrid: Siruela, 2007.

Sloterdijk, Peter, Esferas II, Madrid: Siruela

Peter Sloterdijk en torno a la(s) globalización(es) y las nuevas formas de configuración de los espacios telecomunicativos.

Cualquier Universidad o Centro de Estudios o investigador hispanoamericano, dado que se trata de un fondo otorgado para el desarrollo de Investigadores chilenos, pensaría, como es natural, que tal investigación sería realizada por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca, quien acaba de publicar en España el Libro:

Adolfo Vásquez Rocca, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización , Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1

Primero de una serie que compila las investigaciones, Conferencias y Artículos del Profesor Adolfo Vásquez Rocca y que han aparecido previamente en Revistas Internacionales de Filosofía desde el año 2005 a la fecha, en publicaciones principalmente españolas , y otras tantas de Chile, Argentina y México. Ellos han sido, a su vez, resultado del trabajo investigador y docente desarrollado tanto en el Seminario monográfico sobre Sloterdijk dictado desde hace algunos años en el Programa de Postgrado en Filosofía de una importante Universidad Nacional, como en cursos de Postgrado y Conferencias impartidas como profesor invitado en Universidades de México, entre las que se cuentan la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP y la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.

Entre las entidades españolas que hicieron posible este Libro, celebrado por la Dra. Carla Cordua y el Prof. Dr. Cristóbal Holzapfel, se cuenta en primer término la Institució Alfons el Magnànim que publica la obra en su Colección “Pensamiento y Sociedad”, bajo la dirección editorial de la Dra. Rosa María Rodríguez Magda –impulsora de este Proyecto– así como a la Revista Debats –perteneciente a la misma entidad editora– y que publicó en su oportunidad [/debats/num/94/otoño/2006] el Ensayo central que da título a la presente obra.

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PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

Título disponible. Puede adquirirse o solicitar envío en la distribuidora ADONAY info@adonay.com
Tel. 902 154 643 Fax: 962 521 739 Valencia.

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SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

Auditoría a Conicyt

En una de sus auditorías aleatorias, la Contraloría detectó varias irregularidades en los programas regionales de Conicyt, las que suman más de dos mil millones de pesos. Asimismo, descubrió anomalías en la asignación de ciertas becas de posgrado y lagunas en determinados procedimientos de Conicyt. Entre éstos se cuentan la falta de seguimiento de los becarios, la verificación de incompatibilidades entre becas y otras fuentes de financiamiento públicas…

FONDECYT: SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

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Adolfo Vásquez Rocca  Sloterdijk Globalización Fondecyt

Ver:

Seminario Peter Sloterdijk – W. Benjamín; Filosofía, Estética y Arquitectura

Adolfo Vásquez Rocca

Seminario ‘Peter Sloterdijk, un pensador Estético’ – Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

  1. Vásquez Rocca

    FILOSOFÍA Y MUNDO SINCRÓNICO; POST-HUMANISMO, GLOBALIZACIÓN Y

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    Peter Sloterdijk en torno a la(s) globalización(es) y las nuevas formas de configuración de los espacios telecomunicativos. A partir de estos análisis en
    http://www.konvergencias.net/lilianavasquezrocca145.pdfPáginas similares
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  2. PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, FLUJOS, SISTEMAS METAFÍSICOS DE

  3. Valencia – España
    Peter Sloterdijk; esferas, helada cósmica y políticas de climatización
    Autor:Adolfo Vásquez Rocca
    *
    *

    Imatge Portada

    *

    Entitat: Edicions Alfons el Magnànim

    ISBN: 978-84-7822-523-1

    Número d’Edició:

    Lloc d’Edició: València

    Any d’Edició: 2008

    Dimensions: 19×12

    Enquadernació: Rústica

    Pàgines: 221

    Idiomes: Text en castellà

    <table> <tr><td width=”1%”><img border=”» src=”http://www.pre.gva.es/llig/img/pt.gif” width=”60″ height=”100″ alt=”*” title=”»></td></tr> <tr><td><span class=”texto”>[Su agente de usuario no soporta marcos o está actualmente configurado<br> para no mostrar marcos.<br> Sin embargo, puede visitar <a href=»/pls/LLIGWEB/LLIGWEB.paginaFichaResumen?aVIdioma=V&aNID=148648″ target=»_blank» class=»menu» onClick=»if (window.open) {openCenteredWindow(‘/pls/LLIGWEB/LLIGWEB.paginaFichaResumen?aVIdioma=V&aNID=148648′,’fichaResumen’,641,400);return false;}»>el documento relacionado.</a>]</span></td></tr> </table>
    Preu ud: 20 €

EL EFECTO CNN; DEL SECUESTRO DE LAS IMÁGENES AL “ESPECTÁCULO HUMANITARIO”. Por Adolfo Vásquez Rocca

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Adolfo Vásquez Rocca

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Doctor en Filosofía y Teoría del Arte

Referencia:

VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk; Entre rostros, Esferas y Espacio interfacial. Ensayo de una historia natural de la afabilidad”, En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 17 – 2008, ISSN 1885-5679 – Oviedo,  España, pp. 221-235

http://www.revistadefilosofia.com/17-05.pdf

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1.- Aproximación político–estética al fenómeno de la guerra.

La guerra es un fenómeno específicamente humano. El hecho de que la guerra haya mutado de manera tan radical a lo largo de los tiempos evidencia claramente que se trata de un producto de la cultura. Desde una perspectiva antropológica y una aproximación estético-política de la guerra  –según el modelo inaugurado por Jünger y sus Tempestades de Acero[1] y continuada por Sloterdijk en sus Temblores de Aire[2]–, podemos sostener que la guerra moderna ha cambiado de modo radical con el hecho logístico –no menor– de no poder verle el rostro al enemigo, esto hace que ya no pueda hablarse de un Frente. En el frente ya no se hayan actores humanos sino monitores, cámaras (la imagen reemplaza a las palabras escritas, con su aplastante fuerza visual y mediática), ya no se ve el rostro del adversario ni el de las víctimas sólo mercados, edificios devastados y oficinas de monitoreo con evaluadores militares. Las guerras modernas son, pues, asépticas, son guerras donde no se ven las víctimas, donde no hay sangre ni quejidos de heridos[3].

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El paradigma de la guerra mediática fue la noche del 17 de enero de 1991 cuando las imágenes enviadas por la CNN dieron la vuelta al mundo, una guerra donde no se veían las víctimas, donde no había sangre ni quejidos de los heridos… La imagen reemplaza a las palabras escritas, con su aplastante fuerza visual.


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Arte Filosofía y Diseño por Adolfo Vásquez Rocca


2.- El Proyecto Ruanda o cuando el horror no tiene rostro.

En la última década hemos sido testigos de un fenómeno estético-político de gran alcance, una operación político gubernamental de blanqueamiento de imagen, de manipulación de imágenes o ––si se quiere–– de su secuestro,  perpetrado por países como Estados Unidos, que bajo alianza estratégica con bancos de datos como los de Microsoft, no dejan circular ciertas fotografías y registros visuales que comprometen su imagen en el concierto internacional: imágenes de la intervención militar en Iraq o las prácticas de encierro y tortura en los campos de prisioneros en las bases militares de Guantánamo.  Probablemente por ello, por este secuestro de las imágenes y a diferencia de Vietnam – donde el rol jugado por los corresponsales de guerra fue decisivo para sensibilizar a la población civil– la cobertura extensiva de la guerra en Iraq mantuvo el nivel de conformidad pública en los Estados Unidos, a pesar de la vociferante oposición masiva. Durante la invasión de Iraq, desde marzo hasta mayo de 2003, se produjeron más imágenes –ya fuera en televisión, en fotografía o en internet– que en cualquier otro período comparable de la historia, sin embargo aquí ha  tenido lugar, en el decir del artista visual Alfredo Jaar, un secuestro de las imágenes. Las mismas que el ha intentado recuperar, mediante su prolífico trabajo de documentación de catástrofes y genocidios como el acontecido en Ruanda. Jaar trabaja con la idea de la desaparición de las imágenes. En esta misma instalación encontramos la idea de la manipulación de las imágenes, su privatización y posterior desaparición. Esto obedecería a la convicción de los gobiernos acerca del poder de las imágenes, tesis refrendada históricamente por el caso de Vietnam, donde las imágenes detuvieron una guerra, jugando allí un rol preponderante los corresponsales de guerra que lograron sensibilizar a gran parte de la población civil. A esto se le teme, por ello  no se deja a las imágenes circular y más bien se les secuestra.

A esta lógica, esto es al aprendizaje de la lección de Vietnam,  corresponde el así denominado efecto CNN, donde por medio de una gran operación mediática de maquillaje se presento una ––aparente–– guerra aséptica e indolora.

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La Guerra del Golfo, con sus mentiras y falsa creencia de que podía retransmitirse una guerra “limpia” e indolora, sin sufrimiento y en directo, inauguró una nueva época en cuanto al tratamiento de los conflictos por parte de los medios de comunicación, preparando el terreno de lo que luego sería otra operación mediática maquillada: Somalia. Desde entonces se habla del llamado “efecto CNN”, para describir la existencia de un tremendo poder de influencia de la televisión para desencadenar respuestas políticas ante determinados escenarios conflictivos, en los que el sufrimiento de las personas es retransmitido en directo.


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Ahora bien,  partir de los años ’80, paralelamente al proceso de desregulación de los sistemas de comunicación, de la privatización de las telecomunicaciones y del crecimiento de los conglomerados donde estaban reunidos el software y el hardware, hubo una desestabilización conceptual. Es decir, muchos conceptos que tenían un sólo sentido, se volvieron polisémicos. Paralelamente, también, surgieron nociones como “globalización”, “mundo libre” que nuclearon los debates internacionales.

En una primera etapa el concepto de globalización se usó en los sistemas financieros y luego se expandió a partir del uso de la red de internet. Y esto sucedió en un contexto triunfalista del modelo de desarrollo neoliberal.

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Arte y Filosofía política  por Adolfo Vásquez Rocca

3.- Alfredo Jaar:  El lamento de las imágenes.

Alfredo Jaar, uno de los más importantes artistas visuales latinoamericanos, desarrolló su obra-proyecto Ruanda con miras a la  sensibilización sobre el genocidio acontecido en 1994, y sobre el cual hubo un silencio cómplice por parte de la comunidad internacional.  Conmovido por el genocidio de Ruanda de 1994, viajó allí, y en lugar de mostrar  imágenes cruentas de una de las peores matanzas de la edad moderna, optó con sabia sensibilidad por  focalizar el hecho en los ojos de Nduwayzu ––un pequeño sobreviviente––  imagen que reitera copiándola un millón de veces hasta formar una montaña de un millón de diapositivas, se trata del Lamento de las Imágenes, el reverso de su instalación donde se experiencia una luz cegadora, donde ya no quedan imágenes posibles para representar el horror.

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Para ciertos analistas convencidos del “efecto CNN” en Ruanda no se actuó durante los dos meses de apogeo genocida por la ausencia de imágenes, mientras que el desembarco mediático sí se produce cuando surge el éxodo de millones de personas y se extiende el cólera y la muerte, con escenas que el gran público no puede soportar-consumir[4].

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Alfredo Jaar por Adolfo Vásquez Rocca

5.- El espectáculo humanitario.

Ciertos tratamientos mediáticos de las crisis humanitarias, y en virtud de las posibilidades de retransmitir en directo, han logrado convertir auténticos dramas humanos, éxodos masivos o epidemias de gran mortalidad en espectáculos de gran audiencia. Hemos comentado ya el caso dramático de Ruanda en 1994, cuando se produce un genocidio sin apenas periodistas internacionales que pudieran explicarlo, y mucho menos mostrarlo. No es hasta dos meses después , cuando el cólera se cobra decenas de miles de muertos en los alrededores de Goma, que centenares de periodistas de todo el mundo se acercan a la zona, invaden todos los hoteles de la ciudad, ocupan el aeropuerto con un impresionante despliegue de parabólicas y ordenadores, y se organiza un auténtico “escaparate telemático de la muerte”, cuando no una verdadera búsqueda y captura del agonizante más esquelético o el cadáver de mayor impacto visual, además de mostrar las proezas de os nuevos héroes, los “humanitarios”. Roskis puso el dedo en la llaga cuando señalaba que no fue la guerra civil, la masacre planificada de centenares de miles de tutsis y de opositores hutus, lo que inspiró más a las cámaras, periódicos, magazines y televisores, sino la liturgia humanitaria, “éxodo y sacos de arroz, huérfanos y dispensarios, humanidad maltratada y benefactores decididos, imágenes de desgracia y movimiento de salvadores”.[5]

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Periodistas y humanitarios se vieron obligados a compartir mesas en hoteles y restaurantes, pero acompañados a veces de unos recién exiliados: militares y políticos del defenestrado gobierno ruandés, los planificadores del genocidio y los escuadrones de la muerte, sin que fueran realmente interpelados por nadie, porque la atención mediática no pasaba por adentrarse en las causas de cuanto sucedía, ni en señalar los causantes de tanta muerte, sino únicamente en mostrar el espectáculo de las consecuencias. Y así durante semanas y meses, consumiendo imágenes de muerte y desolación, sin atinar en que si hay víctimas es que también, forzosamente, ha de haber culpables. De esta forma, el espectáculo humanitario basado en operaciones para su consumo mediático se convierte en el peor enemigo de la misma acción humanitaria, porque dicho  espectáculo “no significa el retorno al altruismo, sino el confort moral, nueva modalidad de la satisfacción hedonista”[6].

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Arte Filosofía y Política de las imágenes Dr. Adolfo Vásquez Rocca

Dr. Adolfo Vásquez Rocca

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Adolfo Vásquez Rocca Universidad Andrés Bello UNAB

COLUMNISTA DE REVISTAS Y PUBLICACIONES INTERNACIONALES, entre las que se cuentan:

A PARTE REI ISSN: 1137-8204 -Revista de la Sociedad de Estudios Filosóficos de Madrid-

NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 – Universidad Complutense de Madrid.

MARGEN CERO, Miembro fundador de la Asociación de Revistas Culturales de España, ISSN 1695-4807

CUENTA Y RAZÓN, Revista de la Fundación de Estudios Sociológicos (FUNDES) de Madrid, Fundada por Julián Marías, ISSN: 0211-1381

EIKASIA REVISTADEFILOSOFIA, ISSN 1885-5679 – Oviedo, España

DEBATS Revista de Filosofía y crítica cultural, ISSN 0212-0585, Institució Alfons el Magnànim, Valencia.

HETEROGÉNESIS [SWEDISH-SPANISH] _ Revista de arte contemporáneo. TIDSKRIFT FÖR SAMTIDSKONST


Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Estética y Antropología. Profesor de Postgrado PUCV; Profesor de Antropología y de Estética, Departamento de Artes y Humanidades, UNAB. En Octubre de 2006 y 2007 es invitado por la Fundación Hombre y Mundo y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias Magistrales en México. Profesor visitante de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria, Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado UCM. Director de la Revista Observaciones Filosóficas http://www.observacionesfilosoficas.net/. Editor Asociado de Psikeba —Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Buenos Aires— http://www.psikeba.com.ar/, miembro del Consejo Editorial de Escaner Cultural —Revista de arte contemporáneo y nuevas tendencias— http://www.escaner.cl/ y Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Buenos Aires, http://www.konvergencias.net/

Bibliografía:

WOLTON, Dominique, «Elogio del gran público. Una teoría crítica de la televisión», Ed. Gedisa, España, 1992.

BAUDRILLARD, Jean, Pantalla Total, Editorial Anagrama, Madrid.

CROVI DRUETTA, Delia,  “Medios y telecomunicaciones en el camino de la desregulacion”, en Razón y Palabra, Número 12, Año 3, octubre 1998 – enero 1999.

FISAS, Vicenc, Cultura de paz y gestión de conflictos. Ediciones UNESCO, Barcelona, 1998.

VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk; Entre rostros, Esferas y Espacio interfacial. Ensayo de una historia natural de la afabilidad”, En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 17 – 2008, ISSN 1885-5679 – Oviedo,  España, pp. 221-235 http://www.revistadefilosofia.com/17-05.pdf

BRAUMAN, Rony,  L’action humanitaire, Flammarion, 1995.

VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, «Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad», En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168, http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf

BAUDRILLARD, Jean, La Transparencia del mal, Editorial Anagrama,

VÁSQUEZ ROCCA. Adolfo, «Ernst Jünger: tempestades de acero o la entrada en escena de los titanes», en KONVERGENCIAS Literatura, Nº 7 – 2008, Capital Federal, Argentina, pp. 62-74,

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2572644&orden=154145&info=link


[1] JÚNGER, Ernst, Tempestades de Acero, Ed. Tusquets,  Barcelona, 2005

[2] SLOTERDIJK, Peter, Temblores de aire, en las fuentes del terror, Ed.  Pre-Textos, Valencia 2003

[3] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk; Entre rostros, Esferas y Espacio interfacial. Ensayo de una historia natural de la afabilidad”, En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 17 – 2008, ISSN 1885-5679 – Oviedo,  España, pp. 221-235 http://www.revistadefilosofia.com/17-05.pdf

[4] FISAS, Vicenc, Cultura de paz y gestión de conflictos. Ediciones UNESCO, Barcelona, 1998, p. 69

[5] ROSKIS, Edgard, “Fotografía y Verdad”, Le Monde Diplomatique, diciembre 1996, pp. 26 – 29 .

[6] BRAUMAN, Rony,  L’action humanitaire, Flammarion, 1995, p. 89.

En

Revista Espiral

Alfredo Jaar: El lamento de las imágenes.

Dr. Adolfo Vásquez Rocca*

E-mail:adolfovrocca@gmail.com

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Scientific Commons: Adolfo Vásquez Rocca

«SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN» Fondecyt | Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

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Libro sobre Peter Sloterdijk por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

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¿Quién investiga en Chile la noción sloterdijkiana de globalización (Globalisierung)?

Financiado por el Fondo Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología

Sloterdijk, Peter, En el mundo interior del capital. Madrid: Siruela, 2007.

Sloterdijk, Peter, Esferas II, Madrid: Siruela

Peter Sloterdijk en torno a la(s) globalización(es) y las nuevas formas de configuración de los espacios telecomunicativos.

Cualquier Universidad o Centro de Estudios o investigador hispanoamericano, dado que se trata de un fondo otorgado para el desarrollo de Investigadores chilenos, pensaría, como es natural, que tal investigación sería realizada por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca, quien acaba de publicar en España el Libro:

Adolfo Vásquez Rocca, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización , Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1

Primero de una serie que compila las investigaciones, Conferencias y Artículos del Profesor Adolfo Vásquez Rocca y que han aparecido previamente en Revistas Internacionales de Filosofía desde el año 2005 a la fecha, en publicaciones principalmente españolas , y otras tantas de Chile, Argentina y México. Ellos han sido, a su vez, resultado del trabajo investigador y docente desarrollado tanto en el Seminario monográfico sobre Sloterdijk dictado desde hace algunos años en el Programa de Postgrado en Filosofía de una importante Universidad Nacional, como en cursos de Postgrado y Conferencias impartidas como profesor invitado en Universidades de México, entre las que se cuentan la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP y la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.

Entre las entidades españolas que hicieron posible este Libro, celebrado por la Dra. Carla Cordua y el Prof. Dr. Cristóbal Holzapfel, se cuenta en primer término la Institució Alfons el Magnànim que publica la obra en su Colección “Pensamiento y Sociedad”, bajo la dirección editorial de la Dra. Rosa María Rodríguez Magda –impulsora de este Proyecto– así como a la Revista Debats –perteneciente a la misma entidad editora– y que publicó en su oportunidad [/debats/num/94/otoño/2006] el Ensayo central que da título a la presente obra.

Luego no puede dejar de mencionarse a la Universidad Complutense de Madrid y al programa de Doctorado del Departamento de Filosofía IV, donde el Profesor Vásquez Rocca desarrolló las líneas de investigación en torno al pensamiento de Sloterdijk que han dado lugar a buena parte de los Artículos publicados en este Libro. Investigaciones que han contado con el valioso respaldo del grupo Theoria –Proyecto Crítico de Ciencias Sociales UCM– bajo la persona de su Director el Profesor Dr. Román Reyes quien ha alentado y propiciado la publicación de los avances en sucesivas entregas de la Revista Nómadas –también bajo su Dirección– de los últimos Artículos que componen el Libro que ha presentado en versión ampliada, crítica y anotada. Y que FONDECYT ha ignorado, financiando la Investigación de un profesor que previamente había ganado dos Fondecyt, en una linea clara y “coherente” [curiosamente sin ningún Artículo publicado sobre Sloterdijk] De modo que quien hoy realiza con Financiamiento Fondecyt es el Autor de la siguiente línea de Investigación:

Resumen del proyecto de investigación  previsto para los años 2008-2011, financiado por el Fondo Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología, # (1085080)

Her n n N eir a (investigador responsable, Universidad X)

Durante el último cuarto de siglo, en el mundo del americanismo, se ha producido un desplazamiento creciente que va desde la ciencia histórica hacia la epistemología, en el sentido de “desrealizar” el continente.

El presente proyecto parte de ese hecho y de los resultados de algunas investigaciones previas ejecutadas por el equipo: La moral en Sartre (Fondecyt 1855050), donde analizamos el conjunto de la teoría moral de Sartre ???; La defensa de los indios y la idea dieciochesca de derechos humanos??? (Fondecyt 195095), donde reflexionamos sobe la teoría unversalista de los derechos humanos en el contexto de América; Persistencia de El Dorado en el siglo XX (Fondecyt 1050300), en el que se reflexiona sobre el significado filosófico de la representación estética de un hecho histórico-político (el intento de conquista de El Dorado, en 1561).

En el marco de la “desrealización” del continente americano, en el presente proyecto ?’?? analizamos la concepción de Sloterdijk??? sobre la globalización??? (Globalisierung),…???

¿Quién aprobó esto? Con Viajes a Alemania??? incluidos

Debe recordarse que FONDECYT es dinero público.

Ver:

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

El espejo del olvido: la idea de América en las Memorias de Juan Bautista Tupac Amaru – Hernann Neir a-

La moral en Sartre (Fondecyt 1855050)

América; Persistencia de El Dorado en el siglo XX (Fondecyt 1050300)

*Tal vez el Tercero pueda tener alguna relación remota si se sobre-explota el capítulo VIII de Esferas II, cuestión sobre la que Vásquez Rocca presento un acabado estudio a Fondecyt y que hoy será publicado por una importante editorial europea y que aquí no se reproduce por razones obvias.

FONDECYT:

Responsable

Directora Fondecyt

María Elena Boisier Pons es Antropóloga de la Universidad de Chile, Magíster en Administración de Empresas, MBA de la Pontificia Universidad Católica. En su último cargo se desempeñó como Subdirectora del Programa Iniciativa Científica MILENIO perteneciente al Ministerio de Planificación Nacional (MIDEPLAN).

Adolfo Vásquez Rocca – Dialnet

Fuente

Directorio de recursos digitales – Ministerio de Cultura, España

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SLOTERDIJK: FILOSOFÍA Y MUNDO SINCRÓNICO; POST-HUMANISMO, GLOBALIZACIÓN

L. Vásquez Rocca

PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, FLUJOS, SISTEMAS METAFÍSICOS DE INMUNIDAD [GLOBALIZACIÓN]

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN”: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008

Peter Sloterdijk Globalización « ZOOLOGÍA POLÍTICA


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    Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de Climatización.

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    más excéntricos y sugerentes hasta nuestros días para ocuparse de cuestiones tan inmediatas como la globalización. Sloterdijk hace estallar la herencia de
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Adolfo Vásquez Rocca

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LIBROS

VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo

Libro: Peter Sloterdijk- Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1

Asignaturas y Seminarios de Postgrado impartidos por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

2005 – 2º Seminario “Rorty: ironismo liberal y giro narrativo de la Filosofía”.

2006 1º Seminario Sloterdijk: “Crítica de la Razón Cínica”

2006 2º Seminario “Nietzsche; Genealogía de la moral y voluntad de ficción”

2007 1º Seminario Sloterdijk – Nietzsche

2007 2º Seminario: Sloterdijk un pensador estético

2008 1º Seminario “Peter Sloterdijk – W. Benjamín; De la Filosofía a la Arquitectura

2008 2º Seminario “Sloterdijk y Baudrillard; Actio in Distans y antropotécnica de las comunicaciones”

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* Una Introducción a propósito del lanzamiento de dos Libros sobre Peter Sloterdijk :

  • Carla Cordua, Sloterdijk y Heidegger; La recepción filosófica, Ediciones UDP, Santiago, 2008.


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© De esta edición: Institució Alfons el Magnànim.
Diputación de Valencia, 2007
Director: Ricard Bellveser
Colección dirigida por Rosa Ma. Rodríguez Magda
Diseño de la cubierta: Quinto A. Estudio Gráfico

221 páginas

I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1
Depósito legal: V-2888-2008
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PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

I Parte*

Si hay algún filósofo atípico en la lista de pensadores más influyentes del siglo XXI este es sin duda el alemán Peter Sloterdijk. Profundo conocedor de la más sólida tradición cultural y filosófica de su país –estudió Filosofía, Germanística e Historia en las universidades de Múnich y Hamburgo– y no en vano se formó bajo el influjo de lo que se ha dado en llamar la segunda generación de la Escuela de Frankfurt. En Sloterdijk concurren también otras tradiciones e influencias: La poética del espacio de Bachelard, Musil, Canetti, Hermann Broch y Spengler. También en Sloterdijk se deja ver el influjo de Nietzsche, particularmente en sus referencias a la crisis del Humanismo que luego con Heidegger asumiría otro designio hermenéutico.

Es así como obras de distinto carácter han ido delineando la propia propuesta filosófica de Sloterdijk: desde los escritos bélicos de Jünger hasta el taoísmo y la mística. Esta apertura se hace también extensible a la orientación interdisciplinaria de los textos de Sloterdijk; ellos incorporan ideas, conceptos e intereses procedentes de áreas tan diversas como la antropología, el arte conceptual, la música concreta, la arquitectura, la estrategia militar, el pop, el psicoanálisis, la mitología, la patrística, la mística, la psicología analítica, la biología, la medicina magnetopática o la literatura. Su pasión por la literatura no se limita a convertirla en un objeto de atención filosófica, sino que también la cultiva en los bellos ejercicios estilísticos de su privilegiada pluma. Sloterdijk escribe con una una calidad literaria no vista en Alemania desde los tiempos de Nietzsche, cuestión que en lugar de consagrarlo, paradojalmente, lo ha convertido en un autor bajo sospecha, lo que no resulta extraño en el veleidoso reducto de la filosofía académica. Más aún cuando Sloterdijk es también conductor –junto a Rüdiger Safranski– de un programa de televisión en la cadena pública alemana –ZDF-: “El Cuarteto Filosófico” [Das Philosophische Quartett] –que tomó el nombre del célebre “Cuarteto literario” de Marcel Reich Ranicki– donde tienen lugar debates y análisis político-culturales de actualidad desde una óptica filosófica y estética. El Programa se emite –cada dos meses– el domingo en directo, en horario estelar, con una duración de una hora y se graba en un estudio instalado en la fábrica de cristal que posee el consorcio automovilístico Volkswagen en Dresde. Como si esto no fuera suficiente para dotarlo de cierta heterodoxia, el año recién pasado fue designado miembro de la Academia de las Artes de Berlín junto a otros seis artistas e intelectuales.

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Peter Sloterdijk

Peter Sloterdijk rector de una universidad especializada en nuevos medios y diseño –la Hochschule für Gestaltung– en Karlsruhe al suroeste de Alemania, cerca de la frontera francesa, ha sido recientemente candidato al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Sloterdijk, célebre por su ya legendaria Crítica de la razón cínica (1983), obra que –según Safranski– “cuenta cómo, tras desenmascaramientos e ilustraciones, la conciencia moderna tomó conciencia de sí y cómo ahora, con correcta conciencia, obra sin embargo incorrectamente”. La recuperación del ideario cínico tiene lugar con el descrédito de las utopías, en la trastienda de la posmodernidad, en el desencanto estético-político ante las sociedades neoliberales. Crítica de la razón cínica puede leerse también como una puesta al día de la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y Horkheimer. Sloterdijk suscribe los honestos ideales del cinismo antiguo como una manera de combatir precisamente al cinismo moderno, puesto que desde su punto de vista la teoría critica habría fracasado en su intento por rectificar el rumbo catastrófico en el que la “dialéctica de la ilustración” se había precipitado durante el siglo XX. No se trata –pues– ya del nihilismo en ascenso, ni la metamorfosis de la razón en nuevo mito ni, mucho menos, del dominio de la razón instrumental lo que Sloterdijk describe y denuncia, sino el cinismo difuso de nuestras sociedades exhaustas. Ese “nuevo cinismo” que se despliega como una negatividad madura que apenas proporciona un poco de ironía y compasión, pero que finalmente desemboca en la desesperanza. Un cinismo que Sloterdijk define como “falsa conciencia ilustrada”: la de quienes se dan cuenta de que todo se ha desenmascarado y pese a ello no hacen nada, la de quienes se dan cuenta de que la escuela de la sospecha tampoco ha servido de mucho.

Pese a todo en Crítica de la razón cínica Sloterdijk presenta un discurso ético comprometido, libre de las falacias y espejismos del humanismo “edificante”, de la antropología filosófica asentada sobre la herencia de la ilustración y la creencia en el progreso. Sloterdijk proclama así el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad de la fatiga nihilista, a la vez que abre una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las nuevas tecnologías, incluida la genética, ensayando –además– una teoría de la intimidad, del espacio interior, así como del exterior más abarcante, para explicar su concepción general del mundo y de la historia.

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Peter Sloterdijk

Filósofo complejo como pocos, crítico, polémico, pero sobretodo “hiperbólico”, Sloterdijk de una gran cultura filosófica, bella retórica –consciente de su afinidad con la música y la arquitectura– y un estilo provocador, enfrenta los problemas de su tiempo con las armas de un fenomenólogo agudo, atento y perspicaz, que desea escribir una “ontología de nosotros mismos”.

Ya en ese brillante Ensayo que es Extrañamiento del Mundo (1993) de una alcance teórico difícil de dimensionar se encuentran en marcha las ideas matrices de su Trilogía Esferas (1998 – 2004), allí se pueden apreciar en su génesis, entretejiéndose, en toda su belleza y lirismo. Extrañamiento del mundo es sin duda la mejor obra de Sloterdijk. Por ello no sería casual que obtuviera el Premio Ernst Robert Curtius 1993. Sloterdijk esboza allí con expresiva visualidad poética las ideas que luego desarrollará bajo la temeraria forma del Gran Relato. Sloterdijk no le teme a los Grandes Relatos ni al cristiano, ni al liberal-progresista, ni al hegeliano, ni al marxista, ni siquiera al fascista, Sloterdijk es un maestro para reconstruir las historias en sus entresijos técnicos, auscultando el detalle para desde allí proyectar un diagnostico epocal con el afán provocador que le caracteriza.

En Esferas a su vez –su opus magnum Sloterdijk lleva a cabo una reconstrucción de las etapas de nuestra historia como habitantes de esferas, el tránsito desde el pliegue o clausura de la que el ser humano surge al estallido del espacio donde se ve psicológicamente expuesto y vulnerable. Así Sloterdijk transita del espacio más íntimo al más extenso y abarcante, donde se patentiza un extraño impulso a lo inmenso e inquietante.

Esta filosofía que se ubica bajo la imagen de la esfera y que da pábulo a todo tipo de asociaciones en torno a burbujas de aire, pompas de jabón y a fenómenos inanes, inestables, casi privados de objetividad, se sitúa ya de un modo consciente en una zona marginal del espacio acotado en términos académicos y culturales, jugando con la fantasía de aligerar el centro desde la periferia:

Una pompa de jabón es una película muy fina de jabón y agua que encierra a una esfera hueca y exhibe una superficie iridiscente. Normalmente las pompas de jabón duran solo unos segundos y luego estallan por sí solas o por contacto con otro objeto. A menudo se usan como objeto de juego para los niños, pero su uso en espectáculos artísticos demuestra que también pueden ser fascinantes para los adultos. Las pompas de jabón pueden ayudar a resolver problemas matemáticos complejos sobre el espacio, ya que siempre buscan la menor área de superficie entre puntos o aristas.

La teoría de las esferas es así un instrumento morfológico que permite reconstruir el éxodo del ser humano de la simbiosis primitiva al tráfico histórico-universal en imperios y sistemas globales como una historia coherente de extraversiones; ella reconstruye el fenómeno de la gran cultura como la novela de la transferencia de esferas desde el mínimo íntimo, el de la burbuja dual, hasta el máximo imperial, que había que representar como cosmos monádico redondo. Si la exclusividad de la burbuja es un motivo lírico, el de la inclusividad del globo es uno épico.

Su imaginario se nutre de metáforas épicas, propias del aliento de los grandes relatos. Sus imágenes son tributarias al imaginario de la navegación y al de la bóveda celeste, perfectamente esférica, visión de un mundo ordenado y armónico que Aristóteles trasmitió a la Edad Media. Los ciudadanos de la época moderna tuvieron luego que acomodarse a una nueva situación en la que, con la ilusión de la posición central de su patria en el universo, desapareció también la imagen consoladora de que la tierra estaba envuelta por bóvedas esféricas a modo de cálidos abrigos celestes. Desde entonces, los seres humanos de la época moderna tuvieron que aprender a arreglárselas para existir a la intemperie, expuestos al nuevo aliento frío de fuera. El ser humano descascarado desarrolla su psicosis epocal respondiendo al enfriamiento exterior con el desarrollo de curiosas políticas de climatización. Al análisis de la conexión entre las crisis vitales y los intentos fracasados de conformar espacios habitables; así como a las catástrofes que acontecen cuando una esfera estalla, como sucedió –precisamente– con el giro copernicano, es a lo que se avocará de modo principal este Libro.

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Peter Sloterdijk por Adolfo Vasquez Rocca

Desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con “la clausura en la madre”, todos los espacios de vida humanos no son sino reminiscencias de esa caverna original siempre añorada de la primera esfera humana. Sloterdijk comienza así su relato desde la primera esfera en que estamos inmersos, con la “clausura de la madre”. Pertenece al drama de la vida el que siempre haya que abandonar espacios animados, en los que uno esta inmerso y seguro, sin saber si se va a encontrar en los nuevos un recambio habitable. El primer traslado, exilio o extrañamiento, el primer acto del drama, pues, sucede con el nacimiento. ¿Dónde venimos cuando venimos “al mundo”?, pregunta Sloterdijk. El modo de afrontar el mundo fuera del seno materno viene determinado de manera difícilmente analizable por los restos de memoria prenatales. Todos hemos habitado en el seno materno un continente desaparecido, una “íntima Atlántida” que se sumergió con el nacimiento, no en el espacio, desde luego, sino en el tiempo, por eso se necesita una arqueología de los niveles emocionales profundos.

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Seminario Peter Sloterdijk Dr. Adolfo Vasquez Rocca

Así en la filosofía de Sloterdijk se pueden encontrar una multiplicidad de escenificaciones y actores que representan el drama indistinto de naturaleza y cultura; en la historia de los procesos antropotécnicos Sloterdijk introduce en sus relatos todo aquello con lo que el hombre convive cotidianamente, a saber: signos, señales, símbolos, máquinas, herramientas, animales, plantas, virus, bacterias, textos, obras de arte, museos, prótesis, intervenciones quirúrgicas, fármacos; a lo que se debe sumar la irrupción de los artefactos tecnológicos en las nueva configuración de la vida humana. La historia de esta cohabitación con elementos cuyo estatuto ontológico no ha sido suficientemente aclarado es el desafío de la filosofía de Sloterdijk. Bajo esta perspectiva, el mismo estatuto ontológico del hombre no está claro; en este sentido, Sloterdijk entiende al hombre como una deriva biotecnológica asubjetiva que vive hoy un momento decisivo en términos de política de la especie. De allí la crisis del humanismo y el reclamo por parte de Sloterdijk de una nueva constitución ontológica que tenga en cuenta a los otros seres humanos, a los animales y las máquinas, esto suscitará ásperas controversias que serán abordadas en la presente obra. Baste sólo mencionar la polémica con Habermas, disputa semi-velada en torno a las posibilidades tecnológico-genéticas de mejora del ser humano. Este debate no ha sido sino la secularización posmetafísica del viejo problema del Humanismo, a saber el de la domesticación del ser humano.

El campo de resonancia del pensamiento de Sloterdijk, como se ve, es extremadamente amplio y complejo, sin embargo su modo de abordar los problemas de nuestra época crítica es lúcido y original, erudito a la vez que inventivo, lo que lo ha convertido en un autor imprescindible para entender nuestro tiempo, esto pese a que la administración de la cultura no sepa aún muy bien dónde clasificarlo.

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Adolfo Vásquez Rocca

Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la ‘Fundación Hombre y Mundo’ y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del Consejo Editorial Internacional de la ‘Fundación Ética Mundial’ de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Director de Revista Observaciones Filosóficas . Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Ha publicado recientemente el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008.

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Peter Sloterdijk


PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

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PRÓLOGO

Los Artículos que aquí se presentan por primera vez bajo la forma de libro han aparecido previamente en Revistas Internacionales de Filosofía, principalmente españolas, y otras tantas de Chile, Argentina y México. Ellos han sido, a su vez, resultado del trabajo investigador y docente desarrollado tanto en el Seminario monográfico sobre Sloterdijk dictado desde hace algunos años en el Programa de Postgrado en Filosofía de la PUCV, como en cursos de Postgrado y Conferencias impartidas como profesor invitado en Universidades de México, entre las que se cuentan la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP y la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. Con justicia, cabe señalar la importancia de las traducciones al español de la trilogía Esferas, llevada a cabo por Isidoro Reguera, bajo el alero de la editorial Siruela de Madrid.

Entre las entidades españolas a las que cabe agradecer por hacer posible este Libro se cuenta en primer término la Institució Alfons el Magnànim que publica la obra en su Colección “Pensamiento y Sociedad”, bajo la dirección editorial de la Dra. Rosa María Rodríguez Magda –impulsora de este Proyecto– así como a la Revista Debats –perteneciente a la misma entidad editora– y que publicó en su oportunidad [/debats/num/94/otoño/2006] el Ensayo central que da título a la presente obra.

Luego no puedo dejar de mencionar a la Universidad Complutense de Madrid y al programa de Doctorado del Departamento de Filosofía IV, donde desarrollé las líneas de investigación en torno a la Estética contemporánea que han dado lugar a buena parte de los Artículos publicados en este Libro. Investigaciones que han contado con el valioso respaldo del grupo Theoria –Proyecto Crítico de Ciencias Sociales UCM– bajo la persona de su Director el Profesor Dr. Román Reyes quien ha alentado y propiciado la publicación de los avances en sucesivas entregas de la Revista Nómadas –también bajo su Dirección– de los últimos Artículos que componen el estudio que aquí presento en versión ampliada, crítica y anotada.

Adolfo Vásquez Rocca

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Artículos Relacionados sobre Peter Sloterdijk:

Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: normas y disturbios en el parque humano o la crisis del humanismo como utopía y escuela de domesticación”, En UNIVERSITAS © Revista de Filosofía, Derecho y Política, Nº 8, julio de 2008, pp. 105-119. UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID.
http://universitas.idhbc.es/n08/08-06.pdf

Artículo “Peter Sloterjijk, la escucha de sí y el olvido del Ser desde todos los altavoces”. En AdVersuS: REVISTA DE SEMIÓTICA, Nº 5, 2006 – INSTITUTO ÍTALO-ARGENTINO DI RICERCA SOCIALE
http://www.adversus.org/indice/nro5/articulos/articulo_vasquez_roccae.htm

Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk; Experimentos sonoros y ontogenesis de los espacios humanos ”, en EIKASIA. Revista de Filosofía, Oviedo, España, año II, Nº 10 (mayo 2007) pp. 1-11. http://www.revistadefilosofia.com/10-1.pdf

VASQUEZ ROCCA, Adolfo, “Heidegger y Sloterdijk; la política como plástica del Ser, nacionalsocialismo privado y crítica del imaginario filoagrario“, En KONVERGENCIAS – Filosofía y Cultura en diálogo – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Buenos Aires, Argentina, Nº 19, Diciembre 2008, pp. 135 – 145. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca202.pdf

Artículo “Peter Sloterdijk; el hombre como experimento sonoro y metafísico animal de la ausencia“, PHILOSOPHICA, Instituto de Filosofía PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO, Nº 31, Sem. I, 2007, ISSN 076 – 1913, pp. 89-105.

Artículo “Sloterdijk; Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“ En A PARTE REI, Nº 53, Sociedad de Estudios Filosóficos, MADRID, 2007.http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/vasquez53.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo,Música y Filosofía; Registros Polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk“, En ENCUENTROS MULTIDISCIPLINARES,Vol. 8, Nº 24, 2006, Fundación General de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID, pp. 61-69.

Artículo “Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización“, Adolfo Vásquez Rocca, En Revista DEBATS Nº 94 -2006 – Revista editada por la Institució Alfons el Magnànim, Valencia, España.
http://www.revistasculturales.com/revistas/87/debats/num/94/

Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana” En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | En Prensa
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf



Artículo “Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica” En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas ISSN 1578-6730 – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º | En Prensa http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk2.pdf
Artículo “Sloterdijk; Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“ En A PARTE REI, Nº 53, Sociedad de Estudios Filosóficos, MADRID, 2007.
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/vasquez53.pdf
Artículo “Peter Sloterdijk: ‘Extrañamiento del mundo’. Abstinencia, drogas y ritual” En Gazeta de Antropología, Nº 22, 2006
Texto 22-12. | UNIVERSIDAD DE GRANADA, ESPAÑA, UE. ISSN 0214-7564
y Cuaderno de Materiales, Nº22 Enero 2006, publicación oficial de la UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, indexada en el registro internacional de publicaciones seriadas con el número de ISSN: 1138-7734
http://www.filosofia.net/materiales/num/num22/Sloterdijk.htm



Artículo “Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos” En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 – 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228

Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Sloterdijk; Depauperación del Nihilismo, Posthumanismo y Complejidad Extrahumana“, En KONVERGENCIAS, Filosofía y Culturas en Diálogo ©, Nº 18, 2008, ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
http://www.konvergencias.net/vasquezrocca188.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo,Música y Filosofía contemporánea; Registros polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk“, En SINFONÍA VIRTUAL, Nº 6, 2008, Revista Trimestral de Revista de Música Clásica y reflexión musical, España, ISSN 1886-9505.
http://www.sinfoniavirtual.com/revista/006/musica_filosofia_contemporanea_john_cage_peter_sloterdijk.php

Artículo “Peter Sloterdijk: la música de las Esferas y el olvido del ser desde todos los altavoces” En Revista CuadrantePhi, Publicación de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá – Colombia, Nº15 junio a diciembre de 2007.


Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: Normas y Disturbios en el Parque Humano o la crisis del Humanismo como utopía y escuela de domesticación“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, Nº 19 – 2008 (I), pp. 293-308, http://www.ucm.es/info/nomadas/19/avrocca.pdf
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Título : Peter Sloterdijk : esferas, helada cósmica y políticas de climatización /
Adolfo Vásquez Rocca.
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Notas : Bibliografía : p. 219-221.
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Materia : Sloterdijk, Peter, 1947- categ o rías:
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PETER SLOTERDIJK; ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN
Adolfo Vásquez Rocca
Año 2008 – 221 páginas
ISBN: 978-84-7822-523-1
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Artículo “Peter Sloterjijk, la escucha de sí y el olvido del Ser desde todos los altavoces”.
En AdVersuS: REVISTA DE SEMIÓTICA, Nº 5, 2006 – INSTITUTO ÍTALO-ARGENTINO DI RICERCA SOCIALE
http://www.adversus.org/indice/nro5/articulos/articulo_vasquez_roccae.htm
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: ‘Extrañamiento del mundo’. Abstinencia, drogas y ritual” En Gazeta de Antropología, Nº 22, 2006
Texto 22-12. | UNIVERSIDAD DE GRANADA, ESPAÑA, UE. ISSN 0214-7564
y Cuaderno de Materiales, Nº22 Enero 2006, publicación oficial de la UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, indexada en el registro internacional de publicaciones seriadas con el número de ISSN: 1138-7734
http://www.filosofia.net/materiales/num/num22/Sloterdijk.htm
Artículo “Música y Filosofía: registros polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk”,
Revista ENCUENTROS MULTIDISCIPLINARES, Vol. 8, Nº 24, 2006, Fundación General de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID, pp. 61-69.
www.cuentayrazon.org/revista/pdf/144/Num144_006.pdf
Adolfo Vásquez Rocca, ”Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización“, En Revista DEBATS Nº 94 -2006 – Revista editada por la Institució Alfons el Magnànim, Valencia, España.
http://www.revistasculturales.com/revistas/87/debats/num/94/
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk: El detonante iconográfico y operístico de la política de masas“, La Lámpara de Diógenes: Revista de Filosofía. Número doble, Año 7, Números 12 y 13, Vol. 7, [enero-junio 2006 / julio-diciembre 2006] pp. 169-182. | ISSN 1665-1448. (bi-annual) Seccion D, No. 16, Col. Unidad Gudalupe, Puebla, PUE. CP 72560, México | Revista registrada en PHILOSOPHER’S INDEX | ; website: http://www.ldiogenes.buap.mx/
http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/12/169.pdf
Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk, Extrañamiento del mundo. Abstinencia,drogas y ritual“, en BABEL Revista de la Escuela de Psicología de la Universidad Bolivariana, Nº 5, 2007, pp. 98 – 105 ISSN 0718-0187.
http://www.revistababel.cl/5/dossier7.htm
Adolfo Vásquez Rocca, ”Peter Sloterdijk; Experimentos sonoros y ontogenesis de los espacios humanos“, en EIKASIA. Revista de Filosofía, Revista de Filosofía, OVIEDO. ESPAÑA. ISSN 1885-5679, año II, Nº 10 (mayo 2007)
http://www.revistadefilosofia.com/10-1.pdf
Artículo “Peter Sloterdijk; el hombre como experimento sonoro y metafísico animal de la ausencia“, PHILOSOPHICA, Instituto de Filosofía PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO, Nº 31, Sem. I, 2007, ISSN 076 – 1913, pp. 89-105.
Artículo “Peter Sloterdijk; Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos” En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Nº 16 – 2007, Capital Federal, Argentina, pp. 217-228

Vásquez Rocca, Adolfo,Sloterdijk; espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, La Lámpara de Diógenes: Revista de Filosofía. Número doble, Año 8, Números 14 y 15, Vol. 8, pp. 179—188. Enero – junio 2007 / Julio – diciembre 2007 | ISSN 1665-1448. (bi-annual) Seccion D, No. 16, Col. Unidad Gudalupe, Puebla, PUE. CP 72560, México; Revista registrada en PHILOSOPHER’S INDEX | website: http://www.ldiogenes.buap.mx/
http://www.ldiogenes.buap.mx/revistas/14/179.pdf

2008

Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk2.pdf

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009


Vásquez Rocca, Adolfo, “Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 101 – enero – febrero 2008, http://revista.escaner.cl/node/599
“Sloterdijk y Nietzsche; Posthumanismo, antropotécnicas y complejidad extrahumana”
Reproducido en Revista ESPIRAL, Nº 15, 2008, Revista de Cultura y Pensamiento Contemporáneo, México.

Artículo, “Música y Filosofía contemporánea; Registros polifónicos de John Cage a Peter Sloterdijk“, En SINFONÍA VIRTUAL, Nº 6, 2008, Revista Trimestral de Revista de Música Clásica y reflexión musical, España, ISSN 1886-9505.
http://www.sinfoniavirtual.com/revista/006/musica_filosofia_contemporanea_john_cage_peter_sloterdijk.php

Artículo, “Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana” En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1 pp. 145-149
http://www.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk.pdf

Artículo “Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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Artículo “Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168
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Artículo “Sloterdijk; Entre rostros, Esferas y Espacio interfacial. Ensayo de una historia natural de la afabilidad”, En EIKASIA, Revista de Filosofía, Nº 17 – 2008, ISSN 1885-5679 – Oviedo, España, pp. 221-235
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Vásquez Rocca, Adolfo,Peter Sloterdijk: Esferas, flujos, sistemas metafísicos de inmunidad y complejidad extrahumana” En NÓMADAS Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 | 1º / 1 pp. 145-149
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Vásquez Rocca, Adolfo, Rostros y espacio interfacial; hacia una teoría del retrato en Sloterdijk” En ENFOCARTE Nº 33 – 2008, Publicación Patrocinada por la Secretaría de Cultura Gobierno de Buenos Aires. http://www.enfocarte.com/7.33/rocca.html

Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espacio tanatológico, duelo esférico y disposición melancólica“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 151-158
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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Temblores de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008 -1º / 1 | pp. 159-168
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Vásquez Rocca, Adolfo, Modernidad líquida y fragilidad humana; de Zygmunt Bauman a Sloterdijk” En Almiar MARGEN CERO, Revista Fundadora de la Asociación de revistas digitales de España – año VI – Nº 38 – 2008.
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Vásquez Rocca, Adolfo, El Palacio de Cristal: Sloterdijk y Walter Benjamin; De los ‘pasajes’ a los invernaderos de la posmodernidad“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 104 – mayo, 2008
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Vásquez Rocca, Adolfo,Individualismo, modernidad líquida y terrorismo hipermoderno; de Bauman a Sloterdijk“, En KONVERGENCIAS, Revista de Filosofía y Culturas en Dialogo, Nº 17, 2008 – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, pp, 122 – 130
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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: normas y disturbios en el parque humano o la crisis del humanismo como utopía y escuela de domesticación”, En UNIVERSITAS © Revista de Filosofía, Derecho y Política, Nº 8, julio de 2008, pp. 105-119. UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID.
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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk: Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos“, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – Universidad Complutense de Madrid, Nº 18 2008, pp. 315 322.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk; Metoikesis, revolución anacoreta y cinética profunda del alma”, En Revista Observaciones Filosóficas

©, Asociada al Postgrado en Filosofía – PUCV y a THEORIA Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado UCM. Nº 7, 2008, http://www.observacionesfilosoficas.net/petersloterdijkrevolucionanacoreta.htm Vásquez Rocca, Adolfo, “Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados“, En Psikeba © Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 8, 2008.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Nietzsche y Sloterdijk; Depauperación del Nihilismo, Posthumanismo y Complejidad Extrahumana“, En KONVERGENCIAS, Filosofía y Culturas en Diálogo ©, Nº 18, 2008, ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
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Vásquez Rocca, Adolfo, “Una Introducción a Esferas, la trilogía de Peter Sloterdijk“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 109 – octubre, 2008
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Vásquez Rocca, Adolfo, Peter Sloterdijk y W. Benjamin; El Palacio de Cristal y los shopping-mall como sistemas autorregulados“, En PSIKEBA © –Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales– ISSN 1850-339X, Buenos Aires, Nº 8 Segundo Cuatrimestre de 2008, http://www.psikeba.com.ar/articulos2/AVR_Sloterdijk_Benjamin_El_Palacio_de_Cristal.htm Vásquez Rocca, Adolfo, De cómo Nueva York robó la idea de Arte moderno“, En Escáner Cultural, Revista de Arte contemporáneo y nuevas tendencias, Nº 111 – Diciembre 2008. http://www.revista.escaner.cl/node/1105

Vásquez Rocca, Adolfo, “De la Filosofía a La literatura; entre los mundos del texto y los viajes de la trama“, En KONVERGENCIAS Literatura, Nº 9, Diciembre 2008, pp. 80 – 87, Buenos Aires, Argentina. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca123.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo, “Heidegger y Sloterdijk; la política como plástica del Ser, nacionalsocialismo privado y crítica del imaginario filoagrario“, En KONVERGENCIAS – Filosofía y Cultura en diálogo – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Buenos Aires, Argentina, Nº 19, Diciembre 2008, pp. 135 – 145. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca202.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo, “Una introducción a Esferas de Peter Sloterdijk”, En ENFOCARTE.com © 2008 – Revista Internacional de Arte y cultura, Septiembre, 2008.

http://red.enfocarte.com/articulo_detalle.php?idarticulo=482&idcategoria=21





Vásquez Rocca, Adolfo, “Heidegger y Sloterdijk; la política como plástica del Ser, nacionalsocialismo privado y crítica del imaginario filoagrario“, En KONVERGENCIAS – Filosofía y Cultura en diálogo – ADEFYC Asociación de Estudios Filosóficos y Culturales, Buenos Aires, Argentina, Nº 19, Diciembre 2008, pp. 135 – 145. http://www.konvergencias.net/vasquezrocca202.pdf

Vásquez Rocca, Adolfo, ”SLOTERDIJK: Mystische, Antropotecnias y la matriz onto-psicológica del humano potencial de traslado“, SÍNCRONÍA, ISSN 1562-384X, Edición | Invierno 2008 – Verano 2009 | , A Journal for the Humanities and Social Sciences, Department of Literature, UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA, México. Este Artículo es parte del Proyecto de Investigación “Ontología de las distancias en Sloterdijk, hacia una teoría antropotécnica de las comunicaciones”, DI-10-09/JM, 2009 – financiado por la Dirección de Investigación de la Universidad Andrés Bello –UNAB.
http://sincronia.cucsh.udg.mx/vasquezroccawinter08.htm

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PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

Título disponible. Puede adquirirse o solicitar envío en la distribuidora ADONAY info@adonay.com
Tel. 902 154 643 Fax: 962 521 739 Valencia.

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| E-mail: adolfovrocca@gmail.com

“SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN”: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

“SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN”: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

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Libro sobre Peter Sloterdijk por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca

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¿Quién investiga en Chile la noción sloterdijkiana de globalización (Globalisierung)?

Financiado por el Fondo Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología

Sloterdijk, Peter, En el mundo interior del capital. Madrid: Siruela, 2007.

Sloterdijk, Peter, Esferas II, Madrid: Siruela

Peter Sloterdijk en torno a la(s) globalización(es) y las nuevas formas de configuración de los espacios telecomunicativos.

Cualquier Universidad o Centro de Estudios o investigador hispanoamericano, dado que se trata de un fondo otorgado para el desarrollo de Investigadores chilenos, pensaría, como es natural, que tal investigación sería realizada por el Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca, quien acaba de publicar en España el Libro:

Adolfo Vásquez Rocca, Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización , Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. 221 páginas | I.S.B.N.: 978-84-7822-523-1

Primero de una serie que compila las investigaciones, Conferencias y Artículos del Profesor Adolfo Vásquez Rocca y que han aparecido previamente en Revistas Internacionales de Filosofía desde el año 2005 a la fecha, en publicaciones principalmente españolas , y otras tantas de Chile, Argentina y México. Ellos han sido, a su vez, resultado del trabajo investigador y docente desarrollado tanto en el Seminario monográfico sobre Sloterdijk dictado desde hace algunos años en el Programa de Postgrado en Filosofía de una importante Universidad Nacional, como en cursos de Postgrado y Conferencias impartidas como profesor invitado en Universidades de México, entre las que se cuentan la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP y la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.

Entre las entidades españolas que hicieron posible este Libro, celebrado por la Dra. Carla Cordua y el Prof. Dr. Cristóbal Holzapfel, se cuenta en primer término la Institució Alfons el Magnànim que publica la obra en su Colección “Pensamiento y Sociedad”, bajo la dirección editorial de la Dra. Rosa María Rodríguez Magda –impulsora de este Proyecto– así como a la Revista Debats –perteneciente a la misma entidad editora– y que publicó en su oportunidad [/debats/num/94/otoño/2006] el Ensayo central que da título a la presente obra.

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PETER SLOTERDIJK ‘ESFERAS, HELADA CÓSMICA Y POLÍTICAS DE CLIMATIZACIÓN’ Libro de Adolfo Vasquez Rocca | Institución Alfons el Magnànim (IAM) Valencia

Título disponible. Puede adquirirse o solicitar envío en la distribuidora ADONAY info@adonay.com
Tel. 902 154 643 Fax: 962 521 739 Valencia.

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| E-mail: adolfovrocca@gmail.com

SLOTERDIJK Y LA GLOBALIZACIÓN: ESCÁNDALO EN FONDECYT CHILE 2008 – 2009

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